Por Marcos Duarte

El pedido de detención que el fiscal Carlos Stornelli libró contra Julio De Vido, actual diputado nacional, provocó un revival de la discusión sobre los fueros parlamentarios. La orden librada por el representante del ministerio público fue descartada por el juez interviniente, pero disparó una guerra de gestos entre los principales dirigentes nacionales.
Sergio Massa y Margarita Stolbizer fueron los primeros que pretendieron capitalizar la situación. En conferencia de prensa, anunciaron que los candidatos de su coalición renunciaban a “todos los fueros e inmunidades que puedan invocarse”. Según el candidato a senador de Un País: “Hace varios días que la sociedad ve que el Parlamento es el lugar donde se refugian quienes quieren escapar de la Justicia. Hay que terminar con los privilegios. Por eso invitamos a los candidatos de todas las fuerzas políticas a repetir este ejemplo”.
En realidad, es prácticamente unánime la opinión especializada en el sentido de que los fueros parlamentarios no pueden ser resignados unilateralmente por los legisladores ya que se trata de una disposición constitucional. La protección a los miembros del poder legislativos solo se refiere al arresto y no impide el avance de las causas que incluso pueden derivar en condenas durante el mandato.
A pesar de los nulos efectos prácticos del gesto de Massa y Stolbizer, las reacciones a la jugada política florecieron en todo el escenario político. En Córdoba, las principales fuerzas sentaron posición sobre el tema.
Desde Río Tercero, el primer candidato a diputado nacional de Unión por Córdoba criticó tácitamente la movida de Sergio Massa. “En la Capital los diputados nacionales se sacan fotos con los medios renunciando a sus fueros parlamentarios, en Córdoba desde el 2001 no tienen fueros nuestros legisladores” dijo Martín Llaryora en referencia a la actitud de su ex aliado del Frente Renovador.
La referencia del actual vicegobernador remonta a la última reforma constitucional cordobesa que limitó las inmunidades legislativas derogando las de arresto y las de proceso y conservándolas solo en el caso de opinión.“En Córdoba nuestros legisladores no tienen fueros, los muchachos de Buenos Aires llegaron tarde en tomar esta decisión”, concluyóLlaryora.
Desde el radicalismo también hubo críticas a la actitud de los candidatos de Un País. Desde el Comité Provincia recordaron que el ex gobernador Eduardo Angeloz pidió a la cámara que votara su propio desafuero cuando fue requerido por la justicia que, luego de sobreseerlo, se los restituyó.
El caso del ex mandatario cordobés fue citado por varios constitucionalistas como un antecedente con efectos reales a diferencia de la “renuncia voluntaria” sin consecuencias jurídicas que plantearon Massa y Stolbizer. En el mismo sentido se expresó el jefe de la bancada de Cambiemos en la cámara de diputados, Mario Negri al ser consultado por el diario Clarín.
El diputado nacional por el PRO, Nicolás Massot, condenó el oportunismo de su colega del Frente Renovador, pero optó por una fórmula heterodoxa similar. Anunció la presentación de un proyecto para que la Cámara de Diputados lo autorice “a renunciar a sus fueros de arresto”. Según el todavía líder del bloque macrista en la cámara baja, lo hizo para “sentar un precedente y que se debata el tema con seriedad, no sólo por Julio De Vido, sino para adelante”. Ante la consulta sobre los efectos concretos de su iniciativa, el legislador respondió que “la política se hace con gestos” y remitió a un proyecto de ley de su autoría que reglamenta las inmunidades parlamentarias que, en su momento, no consiguió el acompañamiento de sus pares.
Quienes se alinearon con Sergio Massa y Margarita Stolbizer fueron los candidatos a diputados nacionales por el GEN cordobés. Los margaritos locales afirmaron que la decisión “la decisión fue tomada en el marco de una acción colectiva nacional entre todos los candidatos del espacio 1País”.
En este caso, se trataría de una renuncia anticipada a fueros parlamentarios de los que no gozan y, según todos los cálculos electorales, tienen muy pocas posibilidades de obtener. Una perla de la campaña electoral.