La dirigencia gremial de la docencia universitaria está decidida a avanzar en su plan para evitar que comience el dictado del segundo semestre, si no llega antes a un acuerdo con el ministerio de Educación y Deportes de la Nación.
La medida (equivalente a un paro por tiempo indeterminado), coincidiría con el tramo final de la campaña electoral hacia las PASO. Con una plena identificación en el antimacrismo, los gremios nacionales calculan en voz baja el daño que dicha medida de fuerza podría provocarle a las listas de Cambiemos.
En Córdoba, es el propio secretario general de Adiuc, Pablo Carro, quien encabeza las candidaturas de la kirchnerista Córdoba Ciudadana, por lo que la decisión que el gremio impulse en el seno de Conadu estaría indivisiblemente ligada a la planificación de campaña del universitario.
Cuatro meses de conflicto
La negociación entre los docentes universitarios y el gobierno nacional cumplió cuatro meses esta semana, sin que las partes hayan llegado a un acuerdo. Tras casi una decena de reuniones entre el ministerio de Educación y Deportes de la Nación, rectores representantes del Consejo Interuniversitario Nacional, y la dirigencia de las seis centrales gremiales involucradas (Conadu, Conadu Histórica, Fagdut, Fedun, Ctera y UDA), las conversaciones parecen estancadas, con los principales actores firmes en sus posiciones.
El reclamo inicial de los gremios implicaba un pedido de aumento salarial anual del 35 por ciento. Con ese porcentaje se cubriría un desfasaje entre el aumento otorgado en el 2016 y la inflación medida en el mismo período, equivalente al 10 por ciento, así como la proyección de inflación para el corriente año, calculada en un 25 por ciento.
Sin embargo, las sucesivas propuestas de la cartera educativa estuvieron lejos de satisfacer los reclamos docentes. En la última reunión, los funcionarios de la secretaría de Políticas Universitarias propusieron un aumento del 20 por ciento anual, escalonado en 4 cuotas: 4 por ciento a partir de marzo pasado (abonable retroactivamente), 6 por ciento en junio, 6 por ciento en septiembre y 4 por ciento en diciembre. Además, a partir de diciembre los docentes recibirían un aumento extra del 2 por ciento, en concepto de jerarquización, redondeando 22 puntos porcentuales.
Esta propuesta es similar a la que dos meses atrás acordaron el gobierno nacional y la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (Fatun) para el claustro no docente. Aquella negociación resultó en un aumento en tres cuotas: 4 por ciento en marzo (en concepto de jerarquización), 8 por ciento en junio y 8,75 por ciento en septiembre. Anualizado, el incremento acumulativo alcanza el 22,14 por ciento, hasta febrero del 2018.
Como medida de fuerza que ponga presión sobre el gobierno, las principales centrales gremiales llevaron adelante un plebiscito entre los docentes de todo el país, consultando la voluntad de no iniciar el dictado de clases en el segundo semestre. Según los datos revelados, la consigna del paro por tiempo indeterminado habría tenido un apoyo apabullante, aún cuando no se publicaron datos sobre el nivel de participación en la consulta con respecto al total de docentes.
Mandato cordobés
Tras el plebiscito, cada gremio nacional debe oficializar a través de sus cuerpos orgánicos las medidas de fuerza a llevar adelante. En el caso de Conadu Histórica, su congreso ya decidió el no inicio de las clases en el segundo semestre (al igual que la no toma de exámenes), mientras que el de Conadu se reunirá del 10 al 14 de julio. Es por ello que Adiuc ha convocado a sus afiliados para el próximo miércoles por la tarde, para mandatar a sus delegados al congreso de Conadu.
La decisión de apoyar explícitamente el paro por tiempo indeterminado no sólo estaría siendo evaluada en términos gremiales por la actual conducción de Adiuc, sino también en relación a los tiempos electorales.
La medida de fuerza coincidiría de lleno con el tramo final de la campaña electoral de cara a las PASO del 13 de agosto, en la que el gremialista Carro es la principal figura de la lista kirchnerista Córdoba Ciudadana.
Si la protesta tiene una alta adhesión, podría significar exposición mediática para el candidato sindical, con un marcado perfil antimacrista. Sin embargo, la típica baja adhesión del profesorado cordobés podría por el contrario dejarlo mal parado al postulante K.