¿Vuelve Bobatto a Instituto?

Ante Independiente Rivadavia se lo pudo ver al ex presidente del club de Alta Córdoba en la zona de palcos, y muchos no tardaron en sacar especulaciones con relación a su regreso. Llevaba muchos años sin concurrir a la cancha. Su presencia siempre causa polémica.

Por Federico Jelic

Noche de viernes en Alta Córdoba. Instituto superaba 1 a 0 a Independiente Rivadavia de Mendoza, con gol de Esteban Orfano, en un duelo clave para prenderse arriba en la discusión por el ascenso ante un rival que supo ser complicación en los promedios del descenso. Una final. Sin embargo, más allá de la euforia y los festejos del resultado, en la zona de palcos existieron otras novedades. Políticas, en este caso.
Palco número 16, específicamente. Pertenece a la familia tradicional “albirroja” de los Carbonari. Ese reducto, después de mucho tiempo, le sirvió de refugio al ex presidente Diego Bobatto para volver a la cancha a ver a Instituto. Después de que se alejó del club tras dejar el poder, no volvió a concurrir a los partidos de local, producto de su enemistad manifiesta con varios socios y porque se encontró envuelto en algunas acciones que generaron polémica. No obstante, su presencia no pasa desapercibida para ningún sector.

Volveremos…
Por ahora no hubo nada que haga suponer algún interés retroactivo de alguna posibilidad de retorno político a la institución por parte de Bobatto. De profesión abogado, el ex presidente de la entidad de Alta Córdoba igual genera pruritos en muchos socios que padecieron su personalismo a la hora de gestionar. De todas formas, a la hora de tirarle algún elogio, vale destacar que consiguió en su gestión el último ascenso de “La gloria” a Primera División, en 2004, con aquel recordado gol de Renato Riggio a Almagro en la final.
Es tiempo de aclarar el panorama. El palco 16 del estadio “Juan Domingo Perón” es propiedad de Juan Carlos Carbonari, histórico dirigente del club, y que hoy forma parte de la Junta Representativa, en la lista oficial que conduce Gastón Defagot. Fue llamado a conformar “Agrupación Centenario” después de una larga inactividad, ya que toda su carrera como directivo la tuvo en el ala del núcleo “Juan Laserre”. Este núcleo fue el que lideraron Santiago Cemino y Bobatto, en los albores de los ’90, perdió el poder del oficialismo en 2008, con la asunción de Juan Carlos Barrera en el acto eleccionario, con “integración albirroja”.
Bueno, Carbonari tiene gran relación y confianza con Bobatto. De hecho sus hijos trabajaron con él: Mariano fue tesorero durante su proceso, y Leandro también colaboró activamente en esa directiva. ¿Quién llamó entonces a Carbonari padre a ser nuevamente parte de la conducción del club?  No fue otro que Atilio Pedraglio, otro de los socios “notables” en los ’90, también cercanos e íntimos al núcleo “Juan Laserre”. Y hoy, con influencias sobre Defagot.
Entonces, Carbonari lo tentó a volver a la cancha. Sabiendo que a lo mejor en la platea no podría ser bien recibido, le dio abrigo en su palco. Bobatto asumió en 2000 superando a Alberto Fonseca en los comicios, con cierto escándalo porque la oposición denunció irregularidades en el padrón de socios a la hora de escrutar los votos. De ahí es que arranca cierta antipatía por su figura, a pesar de haber participado en dos ascensos.
De todas maneras, en la comisión actual ya le abrieron las puertas a un ex íntimo de Bobatto. Decimos “ex” porque hoy están enemistados a pesar de caminar juntos a la par contra todas las críticas, viento y marea, en la misma trinchera.

Adentro Yani
Juan de Dios Castro fue vice de Bobatto en esos ocho años de proceso, también acompañó a la comisión de Cemino, y hoy tiene injerencia absoluta en algunas determinaciones del club. Es asesor de Defagot en el concurso preventivo, instancia que la institución “Gloriosa” atraviesa desde hace dos años, bajo el paragua de la Justicia y de la jueza Julieta Gamboa.
Fue Atilio Pedraglio (tiene a su hijo Daniel de vice en la conducción actual) quien le recomendó a Defagot escuchar a Castro en asuntos institucionales, puesto que en esa gestión levantaron la primera convocatoria de acreedores, en 2006. De hecho, el propio Pedraglio había sugerido darle un lugar al “Yani” en la lista, situación que con un sondeo preliminar terminó de tirar la intención por la borda: su imagen quedó manchada y deteriorada a la par de la de Bobatto. Sin embargo, forma parte desde hace rato de la mesa chica, en la toma de decisiones del concurso y algunos dicen que también a la hora de recomendar refuerzos y otras cuestiones deportivas.
Si fueron Castro y Bobatto hermanos casi siameses, incondicionales ante la lluvia de críticas, ¿qué fue lo que los hizo distanciar?

El caso Cobo
El volante Juan Manuel Cobo fue transferido a Elche de España en 2007 en una operación que reportó 250 mil dólares para las arcas de Instituto. Sin embargo, dicho dinero nunca ingresó a la institución. Siempre se presumió que ese ingreso fue cobrado por Bobatto como devolución de un dinero que había aportado en calidad de préstamos a la institución. AFA y los organismos pertinentes sí se acreditaron sus porcentajes correspondientes por la negociación pero en Alta Córdoba no vieron un peso de esa venta. Castro manifestó que esa acción le imposibilitó contar con dineros frescos para el plantel y la pretemporada, después de que se hiciera cargo del manubrio del aspecto futbolístico. La temporada anterior Instituto tuvo que jugar un desempate ante Ben Hur de Rafaela para no caer en la Reválida contra un equipo del Argentino A, y eso lo empujó a tomar las riendas.
Y nunca más se los vio juntos. Dos socios de la vida, dos soldados aguerridos, de manejos personalistas y decisiones firmes, inteligentes y hábiles para gestionar, advenedizos en asuntos institucionales… El viernes vieron el partido desde palcos diferentes. La barricada que los supo tener como aliados hoy luce desarticulada.

Bobatto no apela
En enero pasado, en tiempos de feria judicial, a Bobatto  la Justicia le declaró “inadmisible” algunos créditos por más de 2 millones de pesos, que le reclamaba a la gestión de Ricardo Morellato y también a Barrera, su enemigo manifiesto. En su momento, el ex vice de Cemino acercó las empresas “Servifin” y “Fútbol y negocios” en pos del financiamiento de un plantel competitivo (como el “dream team” que no llegó a la fase final) y un supuesto “autopréstamo” por casi 500 mil pesos del Fideicomiso AZ (de Miguel Ale). Al final, no hubo voluntad de apelación de Bobatto, aunque en eso tuvo mucho que ver Carbonari (padre) en convencerlo de que desistiera de los litigios legales. Sin embargo, al tratarse de Bobatto, nadie duerme tranquilo ni descansa en Alta Córdoba. Lucía lejos de la cancha (casi 10 años sin concurrir) y también de las demandas a ex dirigentes o periodistas (le ganó un juicio a Marcelo Bertona y tiene otro contra el arquero Mauricio Caranta, por calumnias e injurias). Así que cuidado con lo que se dice sobre su persona. Según él, “donó” su crédito a Instituto, que sigue siendo su único amante incondicional en todo este lío.