El déficit del sector industrial alcanza niveles récord

En 2016 el intercambio comercial volvió a arrojar superávit, este se debió principalmente a la recesión y a la mejora de los términos del intercambio.

En el primer trimestre de este año se atenuaron las mejoras en la balanza comercial alcanzadas el año pasado; se recortó el superávit de productos primarios y la agroindustria y el rojo industrial alcanzó niveles récord.
Aunque el año pasado el intercambio comercial volvió a arrojar superávit, este se debió principalmente a la recesión y a la mejora de los términos del intercambio. A nivel de grandes rubros, el resultado dejó entrever una mayor dependencia del superávit de productos primarios, único complejo que logró un alza significativa de sus exportaciones.
Pese al aumento de las ventas externas de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), el déficit industrial alcanzó en el primer trimestre de este año un rojo récord (por un mayor incremento de las importaciones), lo que explica junto con el leve deterioro del superávit de productos primarios y de las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), el aumento del rojo comercial. El déficit energético sigue achicándose, pero no compensó el deterioro de los demás rubros.
Un informe de Ecolatina indica que la elevada dependencia a las exportaciones de productos primarios, aumenta la vulnerabilidad ante factores exógenos (clima y precios internacionales). En ese marco, hay que agregar valor a los MOA y lograr una mayor diversificación de la matriz exportadora. “El creciente atraso cambiario en un contexto de menores restricciones a las importaciones, no es el camino”.
Desde 2012, el intercambio de bienes se deterioró considerablemente, al pasar de un superávit mayor a los US$ 12.000 millones a un déficit cercano a US$ 3.000 millones en 2015, registrando el primer rojo en quince años. Este desempeño obedeció al desplome de las exportaciones, que cayeron 30% en cuatro años mientras que las importaciones retrocedieron sólo 12% en dicho período.
La profundización del atraso cambiario; los crecientes controles a las importaciones; el estancamiento de la demanda global; y el deterioro de los términos de intercambio son algunos de los factores que colaboraron con el empeoramiento de la balanza comercial.
Por un lado, el déficit de US$ 2.100 millones de la cuenta energética registrado en 2012 más que se duplicó en 2015 al transformarse en un rojo de US$ 4.600 millones (aunque rozó US$ 7.000 millones en 2013 cuando el precio del barril de petróleo había superado los US$ 100). Por su parte, el saldo negativo de las MOI trepó 13% entre ambos años, alcanzando un rojo US$ 32.000 millones en 2015.
Respecto a los productos primarios y las MOA, aunque mantuvieron elevados superávits (históricos), los mismos fueron deteriorándose con el correr de los años. Ecolatina sostiene que parte de los esfuerzos del nuevo gobierno en materia de comercio exterior estuvieron dirigidos a apuntalar las exportaciones.
En diciembre de 2015 se flexibilizó el mercado de cambios, se eliminó casi total de las retenciones y cupos a las exportaciones y se reemplazaron las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) por el esquema de régimen de Licencias No Automáticas de Importación avalado por la Organización Mundial de Comercio.
Como respuesta a estas innovaciones, el intercambio comercial retornó a terreno positivo el año pasado, alcanzando mejoras significativas en los saldos de los grandes rubros, pero las evoluciones fueron disímiles.
El incremento del superávit de PP y MOA permitió volver a cubrir en su totalidad el déficit del sector industrial, e incluso superarlo (+13,5%), pero la caída del rojo de las MOI no respondió a un aumento de las exportaciones (mantuvieron su tendencia decreciente cayendo -6,7% en 2016), sino a una mayor caída del valor importado (-4,4% en el año).
En el último año, el déficit energético pasó de US$ 4.585 millones a US$ 2.760 millones el año pasado, producto no del aumento de las exportaciones sino de la fuerte reducción de las compras del exterior (-30,5% en 2016).
Durante su primer año de gestión el gobierno revirtió la tendencia negativa que mostraron los grandes rubros desde la imposición del cepo cambiario. Sin embargo, durante el primer trimestre de este año la mejora se revirtió.