Por Gabriel Osman
gosman@diarioalfil.com.ar

Se podría decir que Odontología es la Facultad en donde el cupo femenino –que existe en los organismos parlamentarios del Estado, no en la UNC- ha tenido su más plena realización. Quedó en evidencia en el debate que ayer mantuvieron las tres candidatas en el Auditórium de la sala K: Silvia López de Blanc, Carmen Visvisian y Mirta Lutri. Tal vez esta presencia avasallante de mujeres sea por defección de los hombres o, por qué no, una reacción al largo patriarcado del ya desaparecido Nazario Kuyumllian, que fue decano durante cinco mandatos consecutivos.
Como sea, el debate en sí fue previsible. Ninguna de las candidatas respondió a las preguntas, y lo que pudo saberse tras los cruces verbales, es lo que ya se sabía de ellas, a saber:
López de Blanc es una profesora–al margen de las adhesiones de los consultados- de no discutible prestigio académico aunque de probada impericia política, que esta vez podría ser más evidente con el estreno del sistema electoral directo. Es la cuarta vez que intenta su postulación al Decanato apostando probablemente a que la cuarta y no la tercera es la vencida: dos veces contra Visvisian y una contra la actual decana Lutri. En el debate mostró vacilaciones, para colmo en una sala repleta de adherentes a Lutri. Está reputada como investigadora de calibre. Pero, claro, una cosa es moverse como un pez en un recoleto gabinete y otra muy distinta ante un público que puede poner a más de uno en situación de pánico escénico.
Visvisian fue la más suelta aunque su currículum la exhibe como la más inconsistente académicamente. Carmen, la eterna, es una émula de de KuyumlliuanKuyumllian e incluso “mejoró” sus números. Totaliza nada de Kuyumlian, con 22 años en la función. Comenzó siendo secretaria de Extensión en 1994, de la mano de Kuyumlian, quien luego la llevó a la Secretaría Académica. Después, le soltó la mano a su mentor y fue dos veces decana. Si ganara, algo improbable, sería la primera en llegar tres veces al cargo a contar de la restricción que se sancionó durante el primer mandato de Carolina Scotto, de tres mandatos como máximo pero espaciados –dos, un paréntesis, y después el tercero y último. Remató su periplo político cuando Francisco Tamarit la nombró secretaria de Asuntos Institucionales. Fue una gestión casi nula pero, claro, se trató de la prenda que debió pagar el ex rector para que Odontología lo apoyara en la Asamblea Universitaria de abril de 2013. Visvisian representa al kirchnerismo, una fuerza política en remisión en la UNC, con chances reales de disputar poder en sus dos Facultades de origen –Filosofía y Famaf-, con posibilidades en Químicas y de manera amenazante en Arquitectura, unidad académica ésta que su actual decano, Ian Dutari, ha sabido colocar en vilo.
Lutri miró casi de soslayo a sus adversarias. En comparación con López de Blanc y Visvisian es casi una recién llegada, pero con un dato llamativo: intentó una sola vez llegar al Decanato, en 2014, y lo logró. El público en el recinto del debate fue preponderantemente favorable a la actual decana. Pero lo más relevante para calcular lo que pasará el 6 de junio está en las elecciones indirectas de hace tres años. Dos datos deben tenerse en cuenta: 1) las elecciones directas son por ponderación simple y, por eso, el claustro docente concentra con exactitud la mitad de la fuerza electoral; 2) en los comicios de 2014 Lutri se llevó, de los 18 miembros de su Consejo Directivo, los tres titulares, los tres adjuntos y dos auxiliares.
Hay un tercer elemento que sí estuvo en el debate. En Odontología hay una materia “filtro”, Microbiología. La decana prometió ayer una cátedra B para esa materia y por la tarde consejeros estudiantiles de su palo (JPO) hicieron ingresar por mesa de entrada del Consejo Superior el proyecto respectivo.