Por Marcos Duarte
Unión por Córdoba diseña los trazos gruesos de su campaña para afrontar las elecciones de octubre. La apuesta central es no caer en la polarización que parece instalarse en el escenario nacional.
En función de esta idea fuerza, avanzan en una serie de movimientos tácticos que consideran necesarios. El último paso de este diseño táctico será la proclamación de los postulantes que encabezarán la boleta.
El primer objetivo es la unidad de todas las variantes el peronismo. La diáspora kirchnerista facilita la captación de sectores que empiezan a buscar un paraguas más amplio.
El promocionado pase de ex militantes de la Jauretche tiene que ver con esta idea. En Unión por Córdoba tienen claro que estos grupos no son trascendentes en lo que respecta a su caudal electoral pero el valor simbólico de “la unidad” disminuye el riesgo de que se presente una alternativa electoral que pueda disputar el núcleo de votos peronistas.
En el mismo sentido, el ministro Carlos Massei encabezó una reunión en la que medio centenar de intendentes y jefes comunales que alguna vez habían comulgado con el kirchnerismo vuelvan al redil del justicialismo cordobés. En esta fase de la estrategia tiene un rol fundamental Martín Gil, intendente de Villa María y ex funcionario de Cristina Kirchner devenido en schiarettista.
“Nosotros de sde Unión por Córdoba siempre abrimos las puertas a todos los compañeros peronistas. Por diversas razones había un grupo de cincuenta intendentes que no estaban dentro de Unión por Córdoba. Nosotros fuimos muy claros con el gobierno de Cristina y hemos sido opositores de su manera de gobernar. Ellos se han dado cuenta de esto y los cincuenta intendentes ya están trabajando con nosotros” afirmó Massei en una entrevista al diario Puntal de la ciudad de Río Cuarto.
Por otro lado, el estado mayor del justicialismo cordobés empieza a buscar un discurso que lo posicione frente a la creciente polarización que parece instalarse la política nacional. Mantener a Córdoba fuera de ese esquema es una condición para el éxito electoral.
La opción que empieza a asomar en el horizonte es una campaña con color local asentada en la idea de “defender los intereses de Córdoba”. En función de esto, el tema principal de la campaña será la distribución de los fondos entre Nación y Provincia.
Si logran instalar ese eje, creen los estrategas de Unión por Córdoba, podrán romper la bipolaridad e incomodar a Cambiemos al mismo tiempo.
“Consideramos que debemos tener diputados y senadores que planteen la Argentina federal. Le voy a decir un solo ejemplo: por qué los cordobeses de capital, Río Cuarto, Villa María y San Francisco que tiene el transporte urbano deben pagar 12, 13 o 14 pesos cuando en Buenos Aires vale 6. A nosotros nos gustaría que esos fondos también se pongan en la mesa de las decisiones” se preguntó Massei en el diálogo citado.
En función de esta estrategia “localista”, diferenciarán al justicialismo cordobés del espacio nacional que lidera Sergio Massa. No habrá alineamiento y la marca que llevará la boleta será la de Unión por Córdoba sin ningún aditamento que los relacione con la coalición UNA, de la que el PJ provincial supo formar parte.
Por último, esperarán hasta último momento para presentar a los candidatos. Desde un primer momento, los voceros del peronismo no dudaron en afirmar que José Manuel de la Sota tiene la cabeza de lista asegurada en caso de pretenderla. Sin embargo, nadie se anima a asegurar que ese será el caso. El hermetismo del ex gobernador no permite hacer proyecciones y sus allegados dicen que esperará hasta tener un diagnóstico claro del escenario.