Primeros golpes de arco en la Docta

El músico Gustavo Van Marcke, quien recién se instalaba en Córdoba en 1858, por los siguientes 49 años tendría un papel destacado en la formación del oído del público local, y de los aspirantes a violinistas de esta capital.

Por Víctor Ramés
cordobers@gmail.com

Marcke
Pintura de William Michael Harnett, “El viejo violín” (1886).

Apenas llegado a la Córdoba que estrenaba la segunda mitad del mil ochocientos, el músico francés Gustavo Van Marcke venía de dejar huellas como concertista en teatros de las capitales de Brasil y Uruguay, y también en Buenos Aires. El pianista y violinista francés meditaba su radicación en esta joven república, con el único capital de su competencia musical. El instrumentista que se había formado en la Real Academia de Bruselas, luego de hacer los primeros contactos sociales en la ciudad, puso su empeño en hacerse anunciar públicamente.
La primera noticia que aparece en Córdoba de su existencia la comunica el diario El Imparcial, en la primera semana de marzo de 1858, cuando acababa de arribar en diligencia desde Rosario. La información establece la relevancia del recién llegado en base a las crónicas de sus conciertos publicadas en periódicos de Montevideo y Buenos Aires. Es lo único con que contaron los cordobeses para juzgar al desconocido músico europeo –mencionado como “Van Mark” en la nota-.
La mención del 7 de marzo de aquel año es de por sí elocuente, y aquí se reproduce:

“Artista
Por la última diligencia ha llegado el distinguido artista Van Mark, de quien los diarios de Montevideo y Buenos Aires han repetido elogios. No habiendo tenido aun ocasión de escuchar las melodías del piano pulsado por él, nos limitamos a transcribir algunos de los innumerables elogios que a su egecucion ha hecho la prensa de Montevideo y Buenos Aires.
«Hemos tenido ocasion de oir a este distinguido artista en uno de nuestros mas elegantes salones, y podemos asegurar que el piano, bajo la presion de sus dedos y las inspiraciones de su talento, no es el instrumento árido y mezquino de los tocadores de walses.
«Discipulo de Thalberg, ha heredado su ejecucion y esa fuerza y exactitud mecánicas para ejecutar ciertas dificultades que las mas veces no producen todo el efecto deseable sino a favor de esa fuerza y de esa exactitud. Artista brillante, estamos seguros que hará impresion en el público tan luego como se haga oir en un concierto, impresión que será mucho mayor maneando el violin, instrumento en el cual es mas fuerte, mas espresivo, mas dulce y en el cual ha obtenido grandes ovaciones entre nuestros vecinos, que creen ser lo mejor que hayan oído, después del inolvidable Sivory, eminente celebridad a quien tuvimos tambien la fortuna de oir y admirar.»
* * *
«Van Mark
Raras veces se encuentra un artista que toque dos instrumentos con perfeccion.
Sin embargo, el Sr. Va Mark posee esa calidad.
En el concierto del sábado este señor compartió los ruidosos aplausos que se prodigaron a Tronconi, y a la verdad que los mereció pues particularmente en el violin el Sr. Van Mark es digno de oirse.»
* * *
«El sábado 26 tuvimos el placer de oír a los eminentes concertistas Van-Mark y Tronconi; de quienes tantos elojios habiamos leido en los periódicos del Brasil. Perfectos ambos artistas, representan, sin embargo, dos ideas distintas, Van-Mark personifica al profundo artista, resultado el estudio y el arte; Tronconi a la inspiracion y al génio. Ambos son sublimes y Buenos Aires debe estar orgullosa de haber escuchado en una misma época dos notabilidades de tanta fuerza.
Van-Mark ejecutó su difícil fantasia de piano, no con la presuncion del orgulloso artista que sabe que el auditorio ha de aplaudirle sin remedio; que tiene la conciencia de lo que vale; sino como el modesto pianista que, a pesar de su inmenso talento, desconfia siempre de sí mismo y al lanzar sus primeras notas al espacio, parece que pregunta al púbico, con su mirada, ¿es cierto mi mérito? ¿valgo realmente los aplausos que han acompañado siempre mi camino? Esta modestia vale por si sola un tesoro. Van Mark no hace gala de su talento, ni aun sabe lo que vale é mismo. Vedle ejecutando en el violin ese gran concierto de Beriot, que tantas veces hace interrumpir con sus bravos al entusiasmado auditorio; mirad la frente del artista y solo hallareis en ella la mas completa impasibilidad. Al concluir la pieza, no es del público de quien parece despedirse; es a su querido instrumento a quien parece decirle: “Adios, amigos mios; único pensamiento que me abstrae de cuanto me rodea en la tierra.”»
Presto a hacerse oír por el público cordobés, Van Marcke obtiene una fecha en el teatro local para actuar en compañía de algunos aficionados, y aquí se reproduce dicho anuncio, lo último que el espacio permite incluir por el momento en la página.

“Concierto
Antes de ahora hemos recomendado al público al exelente artista, el Sr. van Mark, refiriéndonos a los elogios que le habia prodigado la prensa de los pauses en que se ha hecho oir. Hoy no es ya solo ese el testimonio que garante su esquisita egecucion en el piano y violin que son sus instrumentos favoritos, pues sabemos por personas muy competentes que su talento y esquisito gusto nada deja que desear.
Este recomendable artista se ha decidido a dar un concierto, cuyo programa va en seguida, en el que no dudamos que tendrá el éxito mas completo, pues un profesor como el Sr. van Mark merece ser oído y puede contar con que concurrirán a oírlo todas las personas de buena sociedad.

PROGRAMA
Del concierto que tendrá lugar el Domingo 14 de corriente, en el Teatro.
Primera Parte
I.
Los Recuerdos de Bellini, ejecutados en el violin por el Sr. van Mark. En esta pieza el artista tocará un ‘solo’ haciendo el efecto de dos violines.
II.
La cavatina del Hernani, cantada por la señorita Victoria e Liar.
III.
Variaciones: Capricho sobre motivos de la ópera L’Elixir d’Amore por Thalberg, ejecutadas en el piano por el Sr. van Mark.
IV.
Duo del Attila, cantado por los señores Cordero y Monti.

Segunda Parte
I.
La Casta Diva, capricho de Fumagalli, ejecutado en el piano por el Sr. van Mark con solo la mano izquierda.
II.
Duo de la Luisa Miller, cantado por la señorita Victoria de Liar y el Sr. Monti.
III.
Los Recuerdos de América, fantasía burlesca ejecutada en el violin por el Sr. van Mark
Dará principio a las 9.
Nota- Los billetes se venderán en casa del Sr. Garland, en la oficina del Papel Sellado.”