Previsible: partidos ingresan a la política de la UNC

Algunos de los principales dirigentes de Unión por Córdoba cobijaron el lanzamiento de la versión local de la Juventud Universitaria Peronista.

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El vicegobernador Martín Llaryora y el intendente de Villa María, Martín Gill, ambos con militancia universitaria en su currículum, acompañaron el lanzamiento de la rama universitaria del peronismo.

La transición que la UNC está viviendo entre el método indirecto para elegir decanos y rector y el nuevo sistema de elección directa no sólo tiene consecuencias en los aspectos reglamentarios.
Además de estar discutiendo reglamentos electorales y modelos de boleta, los universitarios son también testigos de modificaciones en el esquema de agrupaciones políticas que pujarán de ahora en más por conducir los destinos de la Casa de Trejo.
El sábado pasado, la histórica sede de la CGT Córdoba fue el escenario en el que se montó el congreso local de la Juventud Universitaria Peronista (JUP Córdoba), con varios de los principales dirigentes de Unión por Córdoba como padrinos de la iniciativa estudiantil.
La presencia de figuras del oficialismo cordobés marca el inicio de una nueva relación entre los partidos políticos y la disputa de poder universitaria, anticipada en no pocas ocasiones como una de las consecuencias del sistema directo de elección de autoridades.
Vuelve la JUP
La JUP, como brazo universitario del Partido Justicialista, ocupa hoy a nivel nacional la posición de segunda fuerza en la disputa estudiantil. En tal sentido, tiene a su cargo la secretaría general de la Federación Universitaria Argentina (FUA), que encarna Constanza Bossio, estudiante de sociología en la UBA.
El peronismo estudiantil logró esta posición cuando la mayoría de las organizaciones universitarias kirchneristas decidió apartarse de la FUA. Fue por 2012 cuando, instigados por funcionarios nacionales los estudiantes K decidieron no participar del congreso de la FUA y dar nacimiento a su propia “FUA paralela”.
El engendro K no logró nunca tener relevancia ni atraer a otros sectores políticos, fallando en su intento de desprestigiar a los radicales de Franja Morada, conductores de la FUA oficial. Sin embargo, sí tuvo como consecuencia un reposicionamiento del peronismo tradicional a través de la JUP.
La era macrista pone en una encrucijada a los jóvenes peronistas, puesto que un eventual regreso de las fuerzas kirchneristas y neokirchneristas al tablero de la FUA podrían poner en riesgo su actual posición. Por ello, la JUP se encuentra en una estrategia de expansión hacia universidades en las que no tiene representación, como la UNC, donde han estado ausentes durante la última década.
La nueva generación de “juperos” tendrá su bautismo de fuego en los comicios estudiantiles del 6 de junio, con listas de consejeros y autoridades de centros de estudiantes en algunas de las Facultades más pobladas, como Derecho y Ciencias Económicas. En principio, la alternativa peronista podría menguar la cosecha electoral de agrupaciones que, bajo el eufemismo de “independientes”, esconden su filiación peronista-kirchnerista, como La Bisagra y La Mella.

Partidos y Universidad
La distante relación entre el PJ Nacional y su filiar cordobesa no impidió que relevantes dirigentes de Unión por Córdoba acompañasen a los jóvenes de la JUP en su relanzamiento. Por el contrario, los políticos cordobeses no dudaron en apropiarse de la fuerza estudiantil como su brazo universitario.
El vicegobernador Martín Llaryora se autodefinió como un “ex jupero” y alentó a los militantes recordando que él conoció “el duro trabajo de militar en la universidad”, recordando su paso por las filas estudiantiles del peronismo.
Otro de los presentes fue el intendente de Villa María, Martín Gill, quien surgió a la política territorial luego de estar a cargo del rectorado de la Universidad Nacional de Villa María, primero, y de la secretaría nacional de Políticas Universitarias durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, posteriormente.
Gill ató el nacimiento de la fuerza universitaria a la suerte del peronismo cordobés, afirmando: “no tengo duda de que vamos a seguir garantizando la continuidad de gobiernos peronistas en la provincia”.
El presidente local del partido, Carlos Caserio, optó en cambio por referirse al vínculo entre la JUP y el PJ Nacional, de tinte kirchnerista, afirmando que “las puertas del partido (en Córdoba) están abiertas con un solo requisito: ser peronista”. También estuvieron presentes otros dirigentes jóvenes como las legisladoras Tania Kyshakevych y Mariana Caserio, y el titular de la agencia Córdoba Joven, Paulo Cassinerio.
El hecho de que los partidos políticos estén dispuestos a poner su aparato al servicio de las agrupaciones universitarias puede ser un factor de fuerte influencia en el escenario de la elección directa. Asimismo, con un padrón de más de 130 mil personas, el tablero universitario se convierte en un espacio de poder apetecible para ganar visibilidad de cara a la instalación de futuros candidatos territoriales.