Por Yanina Soria
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Iniciado su sexto año de gobierno al frente del Palacio 6 de Julio, el intendente Ramón Mestre sigue alimentando con señales concretas sus pretensiones políticas para 2019. Impedido legalmente de repetir en la Municipalidad, el radical asoma como el candidato natural de su partido para enfrentar al peronismo que gobierna Córdoba desde hace casi dos décadas.
Y si bien hasta las próximas elecciones provinciales puede correr mucha agua bajo el puente -más aún cuando el radicalismo forma parte de una alianza nacional, Cambiemos- todo indica que el titular del Ejecutivo Municipal no aceptará esta vez no ser quien encabece la boleta. A diferencia de lo que sucedió en 2015 cuando el propio Mauricio Macri bajó su candidatura para la gobernación y ungió en ese lugar a Oscar Aguad, desde el mestrismo aseguran que ahora son ellos quienes pondrán las condiciones para negociar.
Mientras tanto, el titular del Palacio 6 de Julio no desperdicia oportunidad para diferenciarse y criticar la gestión de Unión por Córdoba. Esta semana, lo hizo durante la apertura del ciclo lectivo municipal cuando destacó que “a diferencia de lo que pasa nivel provincial, en nuestras escuelas las clases comenzarán normalmente”, o durante su discurso de apertura del periodo ordinario de sesiones del Concejo Deliberante cuando pidió trabajar en equipo “para superar las diferencias y construir una Córdoba mejor”.
Colado de lleno en la agenda de temas provinciales, al intendente capitalino ya se lo escuchó hablar y opinar de inseguridad, narcotráfico, salud provincial y hasta decidió enfrentar públicamente a la Provincia cuando la Lotería de Córdoba intentó implementar en la Capital la apuesta instantánea Quiniela Ya.
Sus movimientos son variados y entre ellos, el de mostrarse últimamente muy ligado al rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Hugo Juri, genera todo tipo de suspicacias. En un año electoral y con el horizonte puesto en 2019, la cercanía pública entre los dos radicales presupone que no se trata de una jugada aleatoria. Más bien, se asemeja a una estrategia con una intencionalidad política que va más allá de cualquier relación institucional que pueda ligar la UNC a la Municipalidad de Córdoba; de hecho, ambos ya firmaron varios convenios de cooperación en ese sentido.
Ensayo con objetivo electoral
Que esta semana Mestre y Juri hayan posado juntos para la foto en la inauguración del ciclo lectivo municipal o que ayer ambos se mostraran acompañando el anuncio provincial de realización del nuevo Centro de Convenciones en Feriar, podría ser el comienzo de un ensayo con objetivo electoral. Y son varias las consideraciones sobre el ex ministro de Educación de la Nación que alimentan la posibilidad de un escenario de aliados: cuenta con alta imagen positiva, tanto en lo personal como en la UNC; plantea un programa de gestión destinado a abrir la Universidad a la sociedad mediante el cual genera vínculos con municipios y organizaciones de todo tipo; y en 2019 concluye su mandato.
Vale decir que desde el momento en que Juri desplazó al kirchnerismo del último bastión significativo de poder que le quedaba a ese espacio en Córdoba, el rector se convirtió en una figura apetecible para el radicalismo. Como antecedente cercano está el de la ex rectora Carolina Scotto que saltó de la Universidad a la política partidaria y hasta llegó a ocupar una banca en el Congreso de la Nación a la que luego renunció. Ahora, desde algunos reductos del kirchnerismo cordobés tantean al antecesor de Juri, Francisco Tamarit, para las electivas de octubre próximo.