Macri, con pocos detalles sobre las acciones futuras

Ante el Congreso, se concentró más en la herencia recibida que en el último año. Hacia adelante, los enunciados fueron generales, sin mayores precisiones.

Por Gabriela Origlia

MacriEl conflicto de intereses entre la gestión pública y los negocios de su familia volvió a aparecer apenas un rato antes de que Mauricio Macri abriera el año en el Congreso. El tema que más lo complicó al gobierno en las últimas semanas regresó con la imputación del fiscal Jorge Di Lello al Presidente; a su padre Franco Macri; al Secretario General de la Presidencia de la Nación Fernando De Andreis y responsables  Avianca.
La imputación es por la posible comisión de los delitos de asociación ilícita, negociaciones incompatibles, defraudación contra la administración pública y tráfico de influencias en el marco de presuntas irregularidades vinculadas a la explotación del espacio aéreo argentino.
El tema es clave porque hace a una de las fortalezas que llevaron al triunfo a Cambiemos. Las dudas sobre el compromiso de transparencia y ética de la fuerza ataca el corazón de su alianza con los votantes. De hecho, el Presidente volvió sobre ese aspecto cuando dijo, por ejemplo, que “la obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción”.
En este segundo discurso frente al Congreso fue, incluso, más duro respecto a la herencia recibida del kirchnerismo que en el primero, cuando desde varios sectores le reclamaron un repaso minucioso de las condiciones en que recibió el gobierno. Lo hizo meses más tarde en un documento.
Hacia el futuro Macri hizo planteos generales, con poca consistencia de datos y detalles. Más bien enunciados globales; insistió con la apertura del país al mundo y con la reinserción internacional sin explicar cómo se compatibiliza con un contexto internacional que va en sentido contrario. Con Donald Trump a la cabeza avanza el proteccionismo.
En base a los datos –todavía anémicos, pero que por fin aparecieron- de los últimos meses, Macri señaló que surgieron señales de una mejora de la economía” del país y agregó que la Argentina “se está poniendo de pie”.
“Superamos lo más difícil, la Argentina se está poniendo de pie –afirmó al comenzar su discurso de 62 minutos-. El 2017 va a ser mejor que 2016. Cada año vamos a estar mejor, sentando bases sólidas y duraderas”.
Reiteró que el desafío “más grande” es “sacar a millones de argentinos de la pobreza” y que para eso “necesitamos menos relato y más verdad” porque “el país venia de años de simulación y de intentos de ocultar los problemas”.
En una enumeración similar a la que emplea en sus diversas presentaciones, señaló: “Tenemos que seguir avanzando aferrados a convicciones y valores. Rutas, puertos, cloacas, energía, eso que falta hacer y no se hacía porque nadie se animaba al largo plazo a construir en serio. Era más fácil mirar el corto plazo, que puede ser atractivo pero se agota y deja personas mucho peor que antes. Estamos construyendo la estructura fundamental de un país que nos contenga a todos”.
Al hablar de la pobreza, recordó que uno de cada tres argentinos la sufre. “Es una cifra real, según las estadísticas del Indec, que después de muchos años podemos volver a confiar. Es mucho más que un número, son personas que mientras estamos acá esperan soluciones concretas”.
Aunque el Presidente reconoce que es un eje de su gestión, no fue más allá respecto de cómo llegarán las respuestas que faltan, aunque tuvo un mensaje para los K. “Pese a los miedos que querían imponer, ampliamos y fortalecimos derechos sociales, principalmente en jubilaciones, asignaciones familiares y tarifas sociales”, apuntó.
Volvió a decir que este año impulsará “una reforma tributaria seria y profunda” para intentar resolver “un problema que se arrastra desde hace años”. Ya la había hecho un año atrás.
“Necesitamos una reforma tributaria seria y profunda para dejar de aplastar a quienes crean. Este año trabajaremos juntos en este camino, desde la bicameral”, subrayó y advirtió que “las actitudes oportunistas han impedido” una reforma tributaria en los últimos años, por lo que destacó: “Nación y provincias tenemos que ir (a esa discusión) con generosidad y responsabilidad, para resolver un problema que se arrastra desde hace años”.
“Todavía tenemos pendiente una reforma de la ley de coparticipación, que según la Constitución Nacional se debió haber hecho hace 20 años”, recordó.