Elisa Carrió, la Reina Madre de la Coalición Cívica-ARI, impulsa la intervención del partido en la provincia de Córdoba, que acaba de perder su personería jurídica como consecuencia de sus magros resultados electorales. Carrió va contra la conducción del partido, que no es verticalista.
La decisión será tomada oficialmente por las autoridades nacionales, que son lideradas por la porteña Maricel Etchecoin, quien ocupa la Secretaría General porque el rosarino Pablo Javkin pidió licencia en ese cargo.
El argumento central de la intervención será que el partido en Córdoba se encuentra en una seria crisis luego de que la Justicia Electoral, días atrás, lo mandara al descenso por no reunir el 2 por ciento de los votos en dos elecciones provinciales consecutivas. El 7 de agosto de 2011, Coalición Cívica-ARI consiguió apenas el 0,57 por ciento de los votos con Griselda Baldata como candidata a gobernador y Roberto Cucui encabezando la lista de legisladores. Tampoco fue suficiente el resultado logrado el 5 de julio de 2015, cuando el partido llevó sólo candidatos a legisladores provinciales con Marcelo Argañaraz en el primer lugar: 0,38 por ciento.
A pesar de que la CC-ARI formó parte de la alianza Cambiemos a nivel nacional, en la provincia de Córdoba quedó afuera del acuerdo.
Los dirigentes cordobeses responsabilizan por eso a la propia Carrió, quien fue una de las protagonistas decisivas en el armado de la alianza que ahora gobierna el país. De haber participado de la coalición Cambiemos, la CC-ARI podría haber zafado del castigo por no llegar al mínimo que establece la legislación electoral; la pobreza de la cosecha, por otro lado, era inevitable en un escenario ocupado por fuertes protagonistas, como el peronista Juan Schiaretti y el aliancista Oscar Aguad.
Carrió está enfrentada con el oficialismo partidario en Córdoba desde hace muchos años y por eso, además, arregló con Macri que la candidata a diputada nacional de su agrupación sea la desconocida Leonor Martínez Villada.
Carrió es particularmente sensible a las disidencias dentro de su partido. Lejos de sus reclamos de republicanismo, conduce con mano de hierro.
El mes pasado, en Santa Fe, adonde el oficialismo de la CC-ARI no es verticalista, lanzó increíblemente una nueva agrupación, llamado con toda humildad Espacio Carrió.
La diputada no quiere mantener la alianza con los socialistas, y como los dirigentes santafesinos piensan distinto (Javkin es secretario general de la Municipalidad de Rosario), armó la flamante estructura para tratar de vaciarles el partido.
En Río Negro ocurre algo parecido, aunque un poco menos grave. La senadora Magdalena Odarda es la figura principal, y como no responde a la orden de jugar con el PRO, Carrió mandó armar un grupo disidente.
En Córdoba, la orden es “ir por todo”.
Interna
Para complicar más las cosas, la CC-ARI cordobesa se encuentra lanzada a un proceso electoral interno que debería concluir el 2 de octubre, con la designación de las nuevas autoridades. Ello, claro, se caería si se coloca una intervención.
En 2014 ya hubo internas en la CC-ARI cordobesa, en un caso único en la historia del “republicano” partido de Carrió. Aquella vez se enfrentaron las listas de Unir (el acuerdo entre Griselda Baldata, Roberto Cucui y Laura Sesma) y Encuentro (Omar Ruiz y Marcelo Argañaraz). Unir tenía el respaldo de Carrió pero cayó derrotado en forma ajustada: 53 a 47 por ciento.