Tamarit mantiene a Barei como vice (no suma aliados)

El rector de la UNC, Francisco Tamarit, ha confirmado que competirá por su reelección acompañado nuevamente en la fórmula por la vicerrectora Silvia Barei, a pesar de no aportarle nuevos votos.

1A tres días de la Asamblea Universitaria en la que el titular de la UNC, Francisco Tamarit, pondrá en manos de los 247 consejeros asambleístas la posibilidad de ser reelecto (y el futuro de su carrera política), confirmó que la literata y exdecana de la Facultad de Lenguas, Silvia Barei, volverá a ser su compañera de fórmula como candidata a vicerrectora.
A diferencia de la Asamblea de 2013, en la que ninguno de los tres candidatos anunció quién sería su compañero de fórmula, el rector de la Casa de Trejo se mostró acompañado por Barei en su recorrida por las distintas unidades académicas que comenzó en su calidad de candidato.
La decisión sorprendió, no por inesperada o porque produzca algún movimiento en el tablero universitario, sino por la aparente renuncia de Tamarit a utilizar dicho espacio institucional como herramienta para hacer crecer la coalición que hasta el momento lo apoya.
Además, las pobres expectativas electorales de la fórmula Tamarit-Barei en la unidad académica de la vicerrectora no terminan de justificar la decisión rectoral.

Unción original, con dificultades
El proceso de elección de rector del 2013 se produjo en simultáneo con el desmembramiento de Cambio Universitario, el enorme conglomerado universitario que en 2010 había logrado la proeza de consagrar la reelección de Carolina Scotto sin competencia y con números que rozaron la unanimidad.
La competencia entre radicales y kirchneristas, exaliados en Cambio Universitario, dejó a unas cuantas Facultades entre medio de los dos espacios y siendo disputadas por ellos. Como consecuencia de los movimientos de último momento, ambos candidatos (el actual rector Tamarit y el economista Alfredo Blanco) llegaron a la elección sin pronunciarse acerca del nombre de su compañero de fórmula.
Tras las dos vueltas en las que Tamarit fue electo rector y la retirada de una parte de los votantes de Blanco, el nuevo oficialismo postuló a Barei para acompañar al físico. La sorpresa por esa primera postulación alcanzó hasta a los propios docentes de Lenguas, facultad entonces presidida por la ahora vicerrectora.
En señal de protesta ante una decisión inconsulta y no compartida, algunos miembros de su propio Consejo Directivo decidieron permanecer en el recinto y votar “en blanco”, no por su decana. Ese primer gesto del tamaritismo hacia la Facultad de Lenguas no logró ser remendado por Barei, ni siquiera tras el recambio decanal que colocó a Elena Pérez frente a dicha unidad académica.

Un camino con tropiezos
La primera (y quizás única) etapa de Barei como vicerrectora será recordada por pocos hechos puntuales. Durante la mayor parte del tiempo, esta egresada de la Escuela de Letras que supo conquistar políticamente a su pariente, la Facultad de Lenguas, se comportó como la primera dama tradicional: una figura femenina que acompaña y humaniza la figura del macho conductor.

Más de un año después, fue Barei quien firmó el conjunto de “reservas” elevadas por el Rectorado al ministerio de Educación sobre las incompatibilidades entre el Estatuto vigente en la UNC y el por entonces proyecto de Convenio Colectivo de Trabajo. Sospechosamente, el documento subrogado por Barei omitió la incompatibilidad entre el “blanqueo de interinos” que contenía el CCT y el sistema de ingreso a la docencia por concurso que sostiene el Estatuto cordobés.
Igual de desacertado fue la firma de un convenio entre la UNC y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex Side), que la vicerrectora suscribió durante uno de los viajes internacionales de Tamarit. La presión interna y externa que recayó sobre el oficialismo al conocerse dicho convenio obligó a Tamarit a derogar la resolución firmada por Barei, dejando sin efecto el acuerdo con la agencia kirchnerista de inteligencia.

Para Barei, la reelección
A pesar del desdibujado rol de Barei al frente de la segunda responsabilidad institucional de la UNC, o quizás por ello, Tamarit confirma que continuará con su compañía si es reelecto como rector.
En una elección aún con final abierto, el movimiento de Tamarit dice mucho de su estrategia. Mantener el vínculo con Barei no le representaría nuevos apoyos a su candidatura, pero neutralizaría desavenencias internas.
La continuidad de Barei permitiría contener los reclamos del ala dura del tamaritismo, quienes alentaban la idea de un perfil más cercano a sus posiciones de contundencia contra el nuevo gobierno nacional. Sin embargo, devela la dificultad que sufre el Rector para sumar a su esquema el apoyo de algún decano por fuera de los cuatro que hasta el momento lo han apoyado (Famaf, Ciencias Químicas, Filosofía y Humanidades, y Artes).
En Lenguas, hogar de Barei, convergerían diez consejeros sobre la candidatura de Hugo Juri, uno por la de Patricia Altamirano, y cinco aun debaten su accionar (Sudestada – La Mella). La fórmula Tamarit-Barei contaría con tan solo tres voluntades que los acompañen.
¿Por qué, entonces, avanzar con Barei como compañera de fórmula? ¿Por qué no ofrecerle en cambio la candidatura a un referente de alguna de las Facultades alineadas con Juri? Tanto la exdecana de Odontología, Carmen Visvisián, como el extitular de Ciencias Médicas, Gustavo Irico, podrían haber sacudido el ajedrez de la Asamblea con una candidatura opuesta a la voluntad de de sus respectivos decanos.
Sin embargo, en una elección con una incógnita como resultado, la virtud de descartable es requerida para poder transitar las eternas horas de la Asamblea Universitaria con la flexibilidad necesaria. Virtud que en el actual oficialismo encarna el cuatro de copas Silvia Barei.