Por Marcos Duarte
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Mauricio Macri trabaja hace tiempo en lograr un entendimiento con los gobernadores peronistas que asegure la aprobación parlamentaria de las principales iniciativas del gobierno. Se habla de un acuerdo amplio que se presentaría públicamente con motivo del aniversario del 9 de julio de 1916.
El llamado Pacto del Bicentenario, que construyen sigilosamente los principales operadores políticos del macrismo, destrabaría los temas prioritarios para el ejecutivo en el congreso de la nación a cambio de garantizar el financiamiento nacional de las administraciones provinciales. Rogelio Frigerio y Emilio Monzó recorren el espinel de mandatarios opositores con este objetivo.Los gestos mutuos comenzarán a verse esta semana en paralelo con el reinicio de la actividad legislativa. Con la apertura de las sesiones ordinarias, el gobierno impulsara un paquete de leyes destinado a remover los obstáculos que existen para concluir la negociación con los holdouts y sacara al país de default.
La mira está puesta en la derogación de las as leyes cerrojo y de pago soberano. Ambos dispositivos legales impiden al estado argentino ofrecer a los holdouts mejores condiciones que las acordadas con los bonistas que aceptaron los canjes de deuda anteriores. Mientras estas normas sigan vigentes es imposible avanzar en un acuerdo definitivo que revierta la situación de cesación de pagos existente. Además, el ejecutivo enviará otro proyecto de ley detallando la oferta que viene negociando con los fondos en Nueva York.
La coalición oficialista no cuenta, en principio, con mayorías propias en las cámaras para aprobar los proyectos. Es por esto que las conversaciones con los referentes del peronismo tienen este tema como primer punto en la agenda. En la cámara de diputados, el gobierno descuenta que no tendrá mayores inconvenientes. A los legisladores de Cambiemos, se le sumarían los agrupados en UNA (massistas y delasotistas) y, casi con seguridad, los miembros del recién estrenado Bloque Justicialista que lidera Diego Bossio. Con estos apoyos, más algunos grupos menores, se aseguraría el quórum y el número necesario para la aprobación de las iniciativas.
Además, hoy nadie asegura que la bancada del Frente para la Victoria tenga una posición homogénea. Varios diputados responden a sus respectivos gobernadores y podrían tener una opinión distinta a la de su jefe de bloque, Hector Recalde. Es por esto que los sectores más identificados con el kirchnerismo intentaron aprovechar el Congreso del PJ reunido la semana pasada en Obras Sanitarias para mandatar a sus legisladores contra la aprobación de estos proyectos. El intento fue abortado inmediatamente por los dirigentes que responden a los mandatarios provinciales.
Será en el Senado donde, en caso de darse, el acuerdo con los gobernadores peronistas tendrá más visibilidad. El oficialismo está lejos de la mayoría necesaria por lo que se hace imprescindible el entendimiento con el bloque opositor.
El líder de la bancada es Miguel Ángel Pichetto, quien pilotea las conversaciones con los representantes del gobierno nacional. A diferencia del bloque de diputados, la mayoría de los senadores justicialistas están enrolados en el sector moderado que orientan los gobernadores y que impulsan a José Luis Gioja como presidente del partido. Las señales que vienen enviando permiten imaginar la posibilidad de un acuerdo. “He sido respetuoso de todas las posiciones. Lo que no me banco es que si trabajamos en función de los intereses de las provincias y defendiendo el interés de los trabajadores nos vengan a correr por izquierda diciendo que somos la derecha. Ese discurso no lo tolero” dijo el rionegrino ante las críticas provenientes del kirchnerismo que lo sindican como dialoguista con el gobierno de Macri.
Por otro lado, la salida del default también permitiría a los estados provinciales buscar financiamiento externo a tasas razonables. Esta confluencia de intereses hace más probable que los representantes legislativos peronistas den el visto bueno a las iniciativas gubernamentales.
El escenario parece augurar que el Pacto del Bicentenario finalmente verá la luz. El justicialismo busca presentarse como una oposición razonable y se aleja de los planteos confrontativos del kirchnerismo. “Si aparecemos con una actitud de bloqueo, la sociedad nos va a descalificar” dijo Pichetto para dejar clara su posición.