PRO local inaugura tensiones por cargos tras éxito electoral

Tras el rotundo triunfo del domingo, el macrismo cordobés entra en ebullición por el reparto de cargos municipales y nacionales. Las internas del PRO nacional se cruzan en la disputa local.

p05-1La sede cordobesa del PRO amaneció ayer más concurrida que de costumbre, a los ojos celosos de los referentes macristas. Tras el estruendoso triunfo de Mauricio Macri en tierras cordobesas, los dirigentes de su partido comenzaron a recibir llamadas de “amigos” bien predispuestos a ponerle el hombro al desafío de conducir la Nación, haciéndose cargo de algún puesto de gestión.

Sin embargo, los macristas “de siempre” aseveran que su partido no se convertirá en una bolsa de empleo, al tiempo que intentan definir estrictamente a los negociadores habilitados. Por primera vez, el macrismo vernáculo podrá negociar cargos de Gobierno por su propio mérito.

A nivel municipal, su alianza con el radicalismo promete tener retornos de valor para los macristas, especialmente luego del desempeño de su líder en la provincia y la ciudad. A nivel nacional, el presidente electo retribuiría sus apoyos mediterráneos incluyendo a cordobeses tanto en su gabinete como en los organismos descentralizados que se distribuyen por todo el territorio nacional.

Replicas de internas nacionales

Al momento de definir su estrategia proselitista y política en todo el territorio del país, Macri asignó funcionarios de su extrema confianza para hacerse cargo de la campaña en cada provincia del país.

Córdoba, territorio apreciado por el macrismo desde el génesis de su campaña (fue aquí donde el año pasado se consumó con éxito la primera alianza entre el partido amarillo y los boinas blancas), fue asignada a Emilio Monzó, su ministro de Gobierno en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y una de sus principales espadas políticas.

El 71,5 por ciento alcanzado el domingo en la provincia y el 74,9 por ciento de la capital se convirtieron en un fuerte respaldo para el liderazgo y la influencia de Monzó. Por ello, el ministro que supo formar parte del peronismo bonaerense ahora buscaría constituirse en el único canal de comunicación entre el macrismo cordobés y su jefe político.

Sin embargo, su rival en la interna nacional del PRO y muy probable Jefe de Gabinete de Macri, Marcos Peña, podría cruzarse en sus intenciones. El joven Peña, quien ocupa actualmente la Secretaría General del gobierno porteño, representa en la cosmovisión interna del macrismo al alfil fundamental del purismo PRO.

Confiado por el respaldo del propio Macri en su designación ministerial, Peña no querría dejar de tejer sus propias influencias en un distrito fundamental para la construcción macrista. Por ello, habría comenzado a reforzar sus contactos locales ante la inminencia de las designaciones.

Doble negociación

Al conducir dos niveles de gobierno (municipal y nacional), la conducción del PRO Córdoba bifurcaría los canales de comunicación, con el objetivo de mantener las negociaciones ordenadas y evitar conflictos internos de magnitud.

Con respecto a la conformación del gabinete de la segunda gestión de Ramón Mestre al frente del Palacio 6 de Julio, los macristas se ven ahora con derecho a reclamar posiciones de mayor ventaja, y no solo conformarse con ostentar la viceintendencia y algunas segundas o terceras líneas.

Al frente de dicha negociación estarían el viceintendente electo, Felipe Lábaque, y la legisladora provincial electa y presidente del distrito Capital del PRO, Soher El Sukaria. En un principio se había mencionado las áreas de Salud y Deportes como las preferidas del expresidente del Club Atenas, pero sus actuales titulares (los radicales Gabriel Acevedo y Daniel Graco, respectivamente) habrían sido confirmados para continuar al frente de sus carteras.

De la negociación de cargos en el organigrama nacional se encargarían el legislador Javier Pretto, presidente del PRO a nivel provincial y diputado nacional electo, y Monzó. En las últimas semanas, rumores indicaban que el propio Pretto podría recibir una oferta para saltar al Ejecutivo, pero la decisión de cumplir o no el mandato que las urnas le asignaron aun no habría sido tomada por el legislador.

En caso de que Pretto renunciase a su banca, debería asumir el también macrista Nicolás Massot. El joven cuñado del exintendente ucedeísta Germán Kammerath se enfrentaría probablemente a la misma disyuntiva entre el Ejecutivo y el Legislativo.

En el caso de los senadores, los referentes descuentan que la macrista Laura Rodríguez Machado y el juecista Ernesto Martínez completarían su mandato en la Cámara Alta. Además, de los senadores electos solo uno podría resignar su banca, ya que al renunciar Luis Juez a su candidatura, el reacomodamiento de la lista los dejó con una sola suplente: la gerente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Romina Bouvier.

Además de espacios en los ministerios nacionales, el macrismo posa sus miradas sobre los organismos descentralizados con sede en la provincia, como el ANSES y el PAMI. En este plano, el viceintendente habría expresado alguna preferencia por poner a alguien de su círculo al frente de la obra social de los adultos mayores, lo que podría compensar el quedarse sin influencia sobre la salud municipal.

Los radicales, actuales aliados del macrismo, son reconocidos (y criticados) por apasionarse en demasía por sus cuitas internas. El PRO querría evitar a toda costa la identificación con dichas costumbres. Al fin y al cabo, ellos serían la nueva política.