Vínculo electoral y obligación social

Resulta cuanto menos sorprendente la especulación o directamente la omisión de manifestar a quiénes votarán en la segunda vuelta los ex candidatos. Saber por quién votará en una segunda vuelta permite conocer otras facetas de los ex candidatos. Sus afinidades son tan importantes como sus cualidades; lo que rechaza es tan importante como en su momento propuso. No hay margen para la especulación de -no quedar mal parado-. No hacerlo es continuar en el camino de la distancia que a veces hay entre dirigentes y dirigidos.

Por Héctor Carranza(*)

hablandoCuando un dirigente político se presenta como candidato a un cargo electivo, genera un vínculo con la sociedad. Ese vínculo se perfecciona y llega a convertirse en el contrato si finalmente es elegido para el cargo que se postuló. Pero si esto no ocurre, no queda disuelto ese vínculo. Todo lo contrario. Es una oportunidad para que el dirigente demuestre que su compromiso era real. Quienes lo votaron depositaron en él su confianza, en otras palabras le dieron crédito. Quizás alguien pueda pensar que queda librado  a la voluntad del candidato si mantiene ese vínculo o no, o que a la gente que lo votó le resulta indistinto lo que haga o diga una vez que fue derrotado electoralmente.

Una democracia con calidad institucional requiere de dirigentes que mantengan el vínculo con sus votantes, más aún, que lo profundicen. Lo contrario significaría un desapego, en el mejor de los casos, por la confianza que se depositó en su persona.

La gente ha recuperado la propiedad de su voto y lo utiliza de acuerdo a lo que le genera o inspira cada candidato. La gente puede, y de hecho lo hace, votar a un gobernador y luego votar a un intendente no solo de otro partido sino que compite con el candidato de quien votó para gobernador. Que le gente no esté esperando que nadie le indique cómo votar, no implica que no le interese saber que piensa quien fue depositario de su confianza.

Luego de la primera vuelta electoral han quedado en carrera, Daniel Scioli y Mauricio Macri. Los sueños presidenciales de Sergio Massa, Margarita Stolbizer, Nicolás Del Caño y Adolfo Rodríguez Saa quedarán para más adelante.

Pero cada uno de ellos recibió una importante cantidad de votos, han establecido un vínculo, como decíamos al principio, con sus votantes. Lo mismo ocurrió con quienes no lograron pasar el filtro de las PASO. Todos ellos recibieron un porcentaje de votos alcanzado, al menos en parte, por la campaña financiada con fondos públicos que salen de los impuestos de la gente.

Resulta cuanto menos sorprendente la especulación o directamente la omisión de manifestar a quiénes votarán en la segunda vuelta los ex candidatos. De Caño, por caso, dijo que votará en blanco. Todos deberían su decisión -no necesariamente su opción- de manifestarse. Cada ciudadano que votó por determinado candidato desea saber a quién prefiere y a quién no. Saber por quién votará en una segunda vuelta permite conocer otras facetas de los ex candidatos. Sus afinidades son tan importantes como sus cualidades; lo que rechaza es tan importante como en su momento propuso. Los ciudadanos merecen una actitud trasparente de quienes participaron en un proceso electoral. No hay margen para la especulación de-no quedar mal parado-. No hacerlo es continuar en el camino de la distancia que a veces hay entre dirigentes y dirigidos.

La participación política madura y responsable implica decir lo que realmente se piensa por encima de lo que se esté esperando que diga. De eso se trata la elemental honestidad intelectual que deben tener quienes aspiran a conducir la sociedad.

(*)Concejal electo de la UCR de la ciudad de Córdoba