[dc]E[/dc]l escuadrón kirchnerista que comanda la ADIUC, entidad sindical de los docentes e investigadores universitarios cordobeses, no quiere detenerse. Con su principal referente, el secretario general Pablo Carro, a la cabeza, intentarán superar hoy la segunda etapa de discusión sobre el proyecto de modificación de Estatuto previa a la Asamblea Extraordinaria que deberá decidir sobre la misma.
La primera de ellas se llevó a cabo el pasado 9 de septiembre, pero tuvo un carácter cerrado. La actividad solo estaba destinada a los cuerpos orgánicos del sindicato. Delegados, congresales y miembros de la Junta Ejecutiva pudieron participar y discutir sobre el proyecto, pero se vetó la participación del resto de los afiliados.
En la jornada de trabajo de hoy sí se permitirá la participación de cualquiera de sus afiliados. Sin embargo, se prevé que la conducción intentaría monopolizar la atención en la disertación de dos especialistas invitados: el abogado Luis Fanchín, quien asesora a distintas entidades gremiales, y la docente e investigadora Mónica Gordillo, de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Curiosamente, Gordillo participó esta semana, en el Consejo Superior, de la presentación que la respectiva comisión ad hoc hizo sobre los proyectos de creación de nuevas facultades (Comunicación y Ciencias Sociales), otro de los proyectos que el tamaritismo pretende imponer en la UNC.
En esta oportunidad, Gordillo utilizaría su experiencia en investigación del modelo sindical que se proponía en la década de 1960 para intentar reforzar los endebles argumentos vertidos por el oficialismo K en su proyecto.
El documento que explica la reforma (disponible en el sitio web de ADIUC), expone una comparación entre el modelo utilizado actualmente por ADIUC, que garantiza la representación proporcional de las distintas fuerzas en disputa electoral, con el de otras entidades gremiales de nuestra provincia, que no lo hacen.
“Esta es una extrañeza en el mundo sindical. Por ejemplo, en Córdoba ningún sindicato tiene representación de minorías en los órganos de conducción, ni los industriales ni los de servicios. Es decir, ni el SMATA, ni la UOM, ni la UEPC, ni el Cispren, ni los Judiciales, ni la Bancaria, ni Luz y Fuerza” sentencia la introducción al proyecto, sin demasiado reparo para con sus entidades “hermanas”.
A continuación, con pocos pruritos, el proyecto oficialista sentencia “la experiencia de nuestros sindicatos tampoco resultó positiva. En la práctica, muchas veces las minorías no ocupan las secretarías que les corresponden o bien la mayoría no cede aspectos clave de gestión gremial que queda en manos de las minorías. Ambas situaciones dificultan el normal funcionamiento de la Junta Ejecutiva”.
Mayoría automática
Con esta sola argumentación, la actual conducción de ADIUC pretende justificar una reforma que otorgaría a aquella agrupación que ganase las elecciones, aún cuando fuese por margen de un solo voto, una mayoría automática de más de dos tercios de la Junta Ejecutiva de gremio.
Actualmente, la Junta Ejecutiva está compuesta de once secretarías, cada una de las cuales tiene asignada una temática o responsabilidad particular. De ellas, dos están reservadas para la fuerza que obtiene el primer puesto en las elecciones (secretaría general y secretaría adjunta). Las nueve secretarías restantes se reparten “mediante el sistema de proporcionalidad directa” entre las listas contendientes.
De prosperar el proyecto que impulsa Carro con la venia del rector Francisco Tamarit, a la fuerza que ganase (aún si fuera por un solo voto) se le otorgaría el control de ocho de los once miembros de la Junta Ejecutiva, con el nombre de secretarías y con las once responsabilidades actuales redistribuidas entre ellas.
Con el objetivo de acumular todas las competencias, se entremezclaron temáticas diversas entre sí bajo la responsabilidad de una sola persona, lo que podría complejizar el desempeño de los secretarios. Por ejemplo, la actual secretaria de Prensa, la de Cultura y Formación Sindical y la de Derechos Humanos y Mujer, serían concentradas en una megasecretaría de Comunicación, Cultura y Derechos Humanos.
Para el resto de las listas quedarían tres vocalías, sin ningún tipo de atribución particular, para ser repartidas solo entre aquellas fuerzas que superen el 20 por ciento de los sufragios. Si no lo superasen, serían también asignadas a la primera lista.
El sistema de mayoría automática propuesto podría generar una desproporción muy significativa entre la distribución de las preferencias de los afiliados y la cantidad de miembros en el órgano de conducción permanente del gremio (ver ejemplo explicativo en el recuadro).
Nuevas atribuciones
El otorgamiento de la mayoría automática vendría acompañado de nuevas facultades que estarán a plena disposición de la primera fuerza, sin necesidad de consensuar con ningún otro sector del gremio. En particular, se destaca reasignación del método de designación de los representantes paritarios, actores claves de toda negociación entre el gremio y su patronal, el Consejo Superior.
Actualmente los mismos son elegidos por todos los afiliados en la Asamblea General, garantizando la opinión de todos los sectores. El proyecto en discusión pretende fijar la designación de paritarios como facultad exclusiva de la Junta Ejecutiva, en la que la conducción tendrá más de dos tercios de los miembros.
De esta manera, la primera fuerza del gremio podría disponer a su gusto sobre la discusión salarial de cada año, así como en lo relativo a las negociaciones sobre la aplicación de los términos del recientemente homologado Convenio Colectivo de Trabajo.
Próximos pasos
Luego de la reunión abierta de hoy, el proceso continuará el martes 29 de septiembre, cuando en vísperas del asueto no laborable por el día de San Jerónimo, se reúna la Asamblea General Extraordinaria de ADIUC. En la misma, los afiliados podrán decidir sobre el proyecto presentado por la conducción del gremio, que podría otorgarle superpoderes a Carro. Desde el segundo piso del Pabellón Argentina, estarían esperando con ansias el desenlace.
Comparación entre el sistema vigente y el sistema propuesto
Si tres agrupaciones compitiesen con el estatuto vigente y obtuviesen respectivamente el 35% (fuerza A), 33% (fuerza B) y 32% (fuerza C) de los votos, la fuerza A recibiría automáticamente 2 de las secretarías (general y adjunta) de la Junta Ejecutiva. Las 9 restantes se distribuirían proporcionalmente, otorgándose 3 a cada fuerza.
De esta manera, la fuerza A tendría el 46% de la representación en la Junta Ejecutiva (5 secretarías), mientras que las fuerzas B y C poseerían un 27% de la representación respectivamente (3 secretarías cada una). Si con los mismos resultados se aplicase el método propuesto por la actual conducción, la fuerza A recibiría automáticamente 8 secretarías, el 73% de la Junta Ejecutiva. Las 3 restantes, serían repartidas entre la fuerza B (2 secretarías, 18%) y la fuerza C (1 secretaría, 9%).
En el primer caso, la fuerza ganadora debería consensuar con el resto de los sectores del gremio, mientras que con el método que propone la conducción del gremio, los ganadores contarían con casi tres cuartos propios de la Junta Ejecutiva.