Con la mirada en octubre, oposición se cura en salud

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Por Marcos Duarte
mduarte@diarioalfil.com.ar

[dc]M[/dc]auricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer tuvieron su retrato de familia convocados por el presidente de la UCR, Ernesto Sanz. Desde el día siguiente a la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, los referentes de la oposición no compartían un estrado.
El motivo de la convocatoria fue la crisis desatada luego del caótico proceso electoral de la provincia de Tucumán. El factor de unidad fue el apoyo al radical José Cano que reclama la anulación de las elecciones a partir de las irregularidades detectadas. Las masivas movilizaciones, la primera reprimida ferozmente por la policía, que tuvieron lugar en los días pasados dieron el telón de fondo para la iniciativa opositora.
El Acuerdo por el Bicentenario está integrado por las secciones locales de todos los partidos opositores representados en la conferencia de ayer. La UCR, el PRO, UNA, la Coalición Cívica y Progresistas están alineados detrás de la candidatura de Cano. Este factor facilitó la confluencia de los respectivos postulantes presidenciales.
“Acá el fraude no está sujeto a que uno gane o pierda una elección. El sistema político electoral de Tucumán demostró que es fraudulento”, abrió el fuego el radical Cano refiriéndose al intrincado sistema electoral que produjo más de 100 boletas en algunos cuartos oscuros. El candidato presidencial de UNA, Sergio Massa, lo secundó al cuestionar a los caudillos que “han transformado los gobiernos en empresas de poder” y abogó por “terminar con el feudalismo y los procesos predemocráticos en la Argentina”.
Más allá de la referencia obligada a la elección provincial, el encuentro tuvo una connotación nacional innegable. Los dirigentes opositores escenificaron una advertencia unitaria al gobierno nacional. La preocupación común por la transparencia en la elección presidencial se transformó en un reclamo unívoco hacia la administración de Cristina Kirchner.
“Este sistema está agotado, acá no es una cuestión de ver quién es el más malo. Acá hay que mostrar ideas y que la gente elija”, dijo Mauricio Macri para luego anunciar que impulsaran cambios en el sistema de votación prevista para octubre promoviendo la “boleta electrónica, boleta única o el que se decida sea el mejor mecanismo”.
Por su parte, Massa expresó su deseo de que la unidad lograda ante los hechos acaecidos en Tucumán “sean un proceso fundacional para cambiar esas cosas que no nos gustan de la Argentina”. Stolbizer fundamentó en el mismo sentido al instar a las fuerzas de la oposición a trascender la demanda por transparencia y abocarse a solucionar en conjunto “otros problemas de los argentinos”.
José Manuel de la Sota había anticipado una posición en el mismo sentido. Apenas ocurridos los sucesos en Tucumán, instó a los candidatos a “exigir garantías”. “Primero, deben pedir que la Justicia Electoral autorice que un candidato solicite la apertura de urnas en un lugar determinado. Además, debe haber veedores de la Organización de Estados Americanos (OEA) en todas las provincias” propuso el gobernador de Córdoba en días pasados.
El reclamo por modernizar el vetusto sistema nacional de boleta múltiple y que el estado nacional brinde las garantías necesarias para el desarrollo normal de los procesos nacionales es un punto de convergencia básico para las expresiones no kirchneristas. El voltaje político de la postal unitaria entre los candidatos presidenciales excede con mucho este tema específico.
La unidad de la oposición fue un tema que se debatió ampliamente y no se concretó por decisión de los propios líderes de cada formación. La reunión de ayer es el primer dato en sentido contrario.
Si bien la primera vuelta presidencial encontrará a quienes asistieron ayer compitiendo entre sí, la expectativa del ballotage augura un cruce de caminos obligado. Obviamente, este escenario inquieta al sciolismo que apuesta a recoger porciones del electorado que quede huérfano a medida que avance el proceso de “eliminación” de aspirantes presidenciales.
Si la carrera presidencial evoluciona hacia una disputa que reuna a todas las variantes de la paleta opositora frente al oficialismo decrecen las chances del gobernador bonaerense. Por eso, Daniel Scioli intenta no simplificar el debate y opta por elegir una contraparte concreta. No parece ser la estrategia de Cristina Kirchner, quien en el día de ayer se dirigió a la oposición en genérico y desafió: “Los predicadores del consenso y del dialogo, cuando los papeles se les queman y las urnas no les dan los resultados, el consenso y el diálogo se les van al demonio”.