Tamarit facilitó sexto mandato de Yanzi en Derecho

Por Gabriel Osman
gosman@diarioalfil.com.ar

[dc]“H[/dc]oy por mi, mañana por ti”, reza el refrán, aplicable en su modesta pero completa extensión a las relaciones entre el rector de la UNC, Francisco Tamarit, y el flamante decano de Derecho, Pedro Yanzi Ferreira.

Primero, Yanzi Ferreira presentó su propia candidatura a rector en la Asamblea Universitaria de marzo de 2013, facilitando el triunfo de Tamarit en aquella compulsa. Lució entonces como una actitud contradictoria del decano de Derecho (es manifiestamente anti kirchnerista) y notablemente pragmática del rector.

Pero fue cierto sólo el segundo término del trato, como después lo confirmó Tamarit hasta el hartazgo en sus tres años de mandato con su practicidad política extrema y principismo sólo discursivo. El segundo término, en cambio, no fue contradictorio y quizás alcanzó a ser coherente: Yanzi no podía facilitar que llegara al Rectorado una alianza piloteada por la Franja Morada -sus eternos adversarios-  en la persona de Alfredo Blanco e hizo lo que debía: achicó con los enemigos de sus enemigos.

El viernes pasado, este trato no escrito y quizás sólo plasmado de hecho, volvió a actualizarse cuando la candidata a la reelección, Marcela Aspell, esposa de Yanzi Ferreira, sufrió un súbito problema de salud en las vísperas mismas de la sesión especial del Directivo de Derecho. El oficialismo decanal debió improvisar contrareloj. Y mientras ellos improvisaban, otros buscaban oportunidades. La Franja Morada, en las barricadas de la oposición durante 20 años, de manera legítima. Otros, no tanto.

La abrupta salida de escena de Aspell obligó a Yanzi a improvisar en horas. Este es su sexto mandato en el Decanato, así que es solvente en la materia. Y lo logró, imponiéndose, junto a Lorenzo Barone, con 11 votos contra 5 de la oposición (entre ellos, dos consejeros estudiantiles de la tamaritista La Bisagra) que optó por la fórmula Andrés Rosetti y María Teresa Piñeyro. La Franja Morada sencillamente se abstuvo.

Pero lo más sabroso sucedió entre la descompostura de Aspell y la votación, unas pocas horas.

En el Directivo hay tres votos no alineados. Por un lado, el liderado por el Colegio de Abogados que responde a Alejandro Tejerina. Pertenece al claustro de Graduados que, como pretende manifiestamente el programa reformista, es la Universidad extramuros. Esto es, no debe estar estructurado dentro de la política interna de la UNC. Por excepcional que parezca, debería ser lo normal.

Distinto es el caso de los dos consejeros estudiantiles que responden a Tomás Juncos, un ex Franja Morada que terminó descubriendo las ventajas de ser un líbero. La súbita deserción de Aspell liberó de compromiso estos votos y nadie tenía mayoría: ocho el yancismo, siete la oposición y los tres líberos mencionados. La oposicisión, para colmo, tampoco tenía candidato. El yancismo sí: el propio Yanzi Ferreira, en aptitud porque iba a ser su tercer y último mandato luego de dos consecutivos desde que se disparara la cláusula de limitación de períodos.

La tarea fue ardua pero finalmente los dos estudiantes manejados por Juncos y el que tiene el Colegio de Abogados fueron a parar a al finalmente al nuevo decano. Pero en el medio funcionó el “trato” Tamarit-Yanzi. En primer lugar, el rector no le dio los dos votos de La Bisagra a la candidatura que “rápido y furioso” armó Tejerina con el profesor Vicente Aznar a la cabeza. Realistas, el ex presidente del Colegio de Abogados y Juncos se reportaron a Yanzi.

Así, Tamarit logró lo que Yanzi Ferreira en la Asamblea Universitaria: bloquearle algo muy parecido a un triunfo a la Franja Morada, hoy su enemiga.