[dc]E[/dc]l último que apague la luz. El escuadrón de armadores del sueño presidencial de Sergio Massa en Córdoba está algo más que escuálido: crece el número de dirigentes que rompen filas y emigran hacia otros puertos. La desesperante situación para sus fieles deudos no sólo se observa en el plano nacional, en Córdoba desde comienzos de año se pueden inventariar varias bajas.
Quizás la más significativa fue el rompimiento de relaciones anunciado por la candidata a intendente de la ciudad, Olga Riutort. El espacio liderado por la exprimera dama posiblemente no garantiza ba la transferencia directa del voto duro que concentra en Capital, pero sí le garantizaba una buena fiscalización para las pugnas electorales que le avecinan. Aunque está claro que prefirieron los servicios del peronismo.
Entre las razones de la ruptura mucho se habló sobre el enojo de la actual concejala al no poder meter la uña en la lista de diputados y senadores que el tigrense cerró con José Manuel de la Sota. Cabe recordar que Riutort se comprometió a coordinar la Mesa de Massa en Capital en noviembre del año pasado.
Sobran motivos explicativos de la situación general. Los más comunes responden a la proximidad de las elecciones nacionales y los reacomodamientos estratégicos de dirigentes; las exigencias de todo armado político; y las dificultades naturales que enfrentó el precandidato a presidente para sostener su nivel de expectabilidad por casi dos años, desde que irrumpió en la escena política en las elecciones legislativas de 2013.
Lo cierto es que la fuga continúa. Uno de los armadores, pioneros de la propuesta massista en Córdoba, abandonó las filas del Frente Renovador. Se trata del exdiputado nacional, Daniel Asseff, quien reconoció que se encuentra trabajando para la campaña presidencial de su tocayo Daniel Scioli.
El legislador Rubén Borello y el ruralista Carlos Garetto son los hombres de Massa en Córdoba. Cuentan además con la colaboración del espacio Primero la Gente para las labores en la ciudad. Pesa sobre sus hombros la dura tarea de armado, pero sobre todo la caza de votos de cara a las PASO; trabajo que se solapa con el de Juan Schiaretti y la estructura peronista que hace lo propio para la candidatura de De la Sota.
Lo cierto es que el sciolismo se ofrece como nuevo campo de refugiados de la dirigencia exmassista de Córdoba y la “Mesa Massa 2015” tiene cada vez menos convidados. La polarización Mauricio Macri-Daniel Scioli para octubre tentaba los pases. La segunda opción será más seductora a la luz del duro revés que sufrió el cabecilla del PRO, ante un reñido triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en el balotaje con Martín Lousteau para el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El desbande massista se notará en el trabajo territorial, aunque no aporte nombres con peso propio.
Campaña
Lo cierto es que apenas regrese Eduardo Accastello de su viaje al Vaticano, está prevista una reunión para este miércoles a los fines de conformar el comando de campaña “Scioli 2015”. Según anticiparon sus promotores, la idea es consensuar la estrategia de campaña y comenzar a mover los engranajes de cara a la nueva visita del gobernador bonaerense o su enviada especial, Karina Rabollini, prevista para esta semana.
El horizonte se sitúa en la pelea nacional. El presunto desinterés del poder central en la elección municipal del 13 de septiembre afirma que el kirchnerismo local que está abocado de lleno en la campaña de Scioli poco se inmiscuirá en los menesteres capitalinos. Son varias las voces que siguen señalando que el Frente para la Victoria no tendrá candidato.