[dc]L[/dc]a inverosímil interna en la que se ve envuelta por estos días la UCR cordobesa se ha convertido en una preocupación que ha trascendido los límites geográficos de la Capital, llegando a involucrar a los principales precandidatos presidenciales del frente opositor Cambiemos (UCR, PRO y CC-Ari).
El intento de Rodrigo de Loredo de arrebatarle la previamente acordada candidatura municipal a Ramón Mestre ha provocado reacciones de referentes nacionales del macrismo y del radicalismo, que buscarían evitar cualquier tipo de efecto negativo ante la proximidad de las Primarias presidenciales y en simultaneo con los conflictos acarreados por el proceso electoral de la Capital Federal, en la que ambos sectores se enfrentan abiertamente.
El electorado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha demostrado ser un fecundo campo de cosecha para el diverso espectro de fuerzas opositoras al Gobierno Nacional, ya que el pasado domingo los partidos no-kirchneristas reunieron ocho de cada diez votos porteños. Asimismo, de esos ocho votos opositores, siete apostaron por una de las dos opciones que forman parte a nivel nacional del frente Cambiemos.
El contundente rendimiento de los partidos enmarcados en el “acuerdo republicano”, sin embargo, no pudo ser capitalizado con un simbolismo directamente proporcional por ninguno de ellos. Al presentarse en dos listas separadas y como resultado de la distribución de los votos, ninguno de los dos candidatos ha logrado aun ser consagrado como el sucesor de Mauricio Macri. Por el contrario, Horacio Rodríguez Larreta, del PRO, y Martín Lousteau, de ECO (UCR, CC-Ari y el Partido Socialista), deberán enfrentarse en balotaje el próximo 19 de julio para finalmente definir al nuevo Jefe de Gobierno.
Desde la misma noche de los comicios, se comenzó a entretejer un debate sobre la conveniencia y legitimidad de que Lousteau participase de la segunda vuelta al existir una diferencia que rozó el 20% a favor de Rodríguez Larreta. La polémica arrastró a referentes de todos los sectores involucrados, quienes con la misma pasión defenestraron o defendieron la convicción de Lousteau de seguir en carrera.
Más allá de los intereses particulares de cada partido miembro, el principal costo que el endurecimiento de esta discusión traería a Cambiemos estaría relacionado a la amplia difusión de las declaraciones cruzadas entre macristas, radicales y simpatizantes de Elisa Carrió. La preocupación de toda la coalición es que esta situación podría terminar tiñendo a Cambiemos con el barniz más temido: el recuerdo de los interminables conflictos internos que la Alianza entre la UCR y el Frepaso tuvo en sus dos años de gobierno fallido.
El surgimiento de un nivel alto de conflictividad por la candidatura municipal cordobesa dentro de la versión cordobesa de Cambiemos (Juntos por Córdoba) habría despertado alertas en los radares de los comandos de los candidatos nacionales que los llevó a actuar, esta vez, en coincidencia y sincronía.
Las alarmas se encendieron por lecturas que quedaron luego de los comicios provinciales, dado que Rodrigo de Loredo es yerno y mano derecha del excandidato a gobernador Oscar Aguad. A pesar de estar afiliado a la UCR, Aguad transcurrió su campaña provincial mencionando su explícito apoyo a Macri y no a Sanz, el candidato de su partido.
La plena identificación del aguadismo con Macri despertó especulaciones sobre una potencial avenencia del candidato amarillo para con la aventura de de Loredo, pero tanto desde el PRO como desde la UCR se realizaron declaraciones que reafirmaron el compromiso original del frente en cuanto a las candidaturas: Mestre es el candidato a intendente de la coalición y eso deberá respetarse como se hizo con Aguad, Baldassi, Juez y Negri en sus respectivas categorías.
De esta manera, los dos principales socios del armado a nivel nacional desestimaron las pretensiones de Loredo de disputarle la candidatura a Mestre. Desde el radicalismo, el precandidato presidencial Ernesto Sanz se refirió a la fórmula Mestre-Lábaque (como fue presentada en abril) como la única que representa al espacio de la triple alianza, además de pedir que “nadie se haga el desentendido” sobre las condiciones del acuerdo.
Por su parte, el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, fue el encargado de revalidar la alianza capitalina, puntualizando que la alianza de su partido se hizo con la candidatura de Mestre como condición. Además, en la jornada de hoy, el propio Macri se reuniría con el intendente radical para reconfirmar el pacto y despejar todas dudas.
De esta manera, la UCR y el PRO buscan prevenir nuevas heridas que debilitarían el espacio en el camino hacia las PASO del 9 de agosto, y así evitar que el conflicto de la principal ciudad del país se contagie a Córdoba, la segunda.