El transporte es la clave

Por Rosendo Fraga
para nuevamayoria.com

IMG_2046[dc]Q[/dc]ue paren los gremios del transporte es la clave para que una medida de fuerza nacional tenga éxito. Hacia fines del año pasado, el paro general convocado por las tres centrales sindicales opositoras, lideradas por Moyano, Barrionuevo y Micheli, tuvo un efecto relativo porque no pararon la Uta (chóferes de ómnibus y colectivos) ni los gremios ferroviarios. Ambos están alineados formalmente con el Kirchnerismo.
En cambio, el penúltimo paro general realizado a comienzos del año pasado fue mucho más exitoso, porque contó con la participación de los gremios del transporte.
Estos se encuentran divididos en dos centrales sectoriales. Una reúne a los que están enrolados en la CGT opositora que liderada Moyano. Tal es el caso de camioneros y varios de los gremios aeronáuticos. La otra central tiene a los gremios del transporte que están con la CGT oficialista. Es el caso de la UTA y de la Fraternidad, el gremio que encuadra a los conductores de locomotoras.
La central del transporte oficialista opositora no participó del último paro general, pero ahora se unió con la opositora y convocó a comienzos del mes al paro del transporte para el 31 de marzo.
Asegurada la participación de estos gremios, las dos centrales sindicales opositoras peronistas -la CGT de Moyano y la Azul y Blanco de Barrionuevo-, decidieron sumarse tras algunas dudas y transformaron el paro del transporte en nacional. También lo hizo la CTA Auténtica opositora, cuyo secretario general (Micheli), tras realizar en la segunda semana de marzo una movilización en el centro de Buenos Aires reclamando que el salario mínimo sea elevado de 4.716 a 12.000 pesos, también adhirió. De la CGT oficialista se sumó un gremio importante de servicios como bancarios y otro de la industria, que es alimentación. Por su parte Luz y Fuerza, uno de los gremios de servicios más importantes de la CGT oficialista, convocó un paro reclamando la eliminación del impuesto a las ganancias para el 8 de abril, el que podría adelantar al 31 de marzo.
Quedan así fuera del paro la mayoría de los gremios de la industria, que hace un año conformaron una central propia, alineada con el oficialismo, con gremios como metalúrgicos, textiles, smata (industria metalúrgica) y construcción. Paradójicamente son el núcleo más relevante del sindicalismo oficialista, aunque la industria ha cumplido 19 meses consecutivos de recesión y el empleo en ella ha disminuido en 2014.
La paradoja se acentúa al reunirse los gremios del transporte con la UIA y encontrar apoyo para sus reclamos. Mientras el empresariado industrial se acerca a los gremios del transporte que en conjunto han asumido una actitud opositora al poner en marcha el paro general del 31 de marzo, los gremios industriales mantienen su posición oficialista.
Tampoco se ha sumado la CTA oficialista que lidera el secretario general del gremio docente (Yasky), aunque es difícil que funcione efectivamente la escuela pública el último día de marzo por la falta de transporte.
En este marco, los contactos para la reunificación del sindicalismo peronista se han revitalizado, pero la central liderada por Caló busca demorarla para no alejarse prematuramente del gobierno.
Pero hay algunas señales de toma de distancia, sobre todo después de que Kicillof haya dado por cerrada la negociación en torno al cobro del impuesto a las ganancias a los salarios.
El titular del gremio metalúrgico (Caló) venía hablando de un aumento de entre el 25 y 30%. Después, ante el fracaso de las negociaciones para reducir el monto a pagar por ganancias, intentó negociar un porcentaje bajo en las paritarias a cambio de que se amplíe el flujo de fondos para las obras sociales sindicales. Luego intentó postergar la negociación salarial de su gremio, reemplazándolo por el pago de un bono adelantado. Pero ahora ha formalizado un pedido de aumento del 32%.
Avanzó al mismo tiempo en apoyar la candidatura presidencial de Scioli y buscó impulsarla en el Consejo Nacional del PJ; en una actitud que mostró independencia respecto al Kirchnerismo, dijo también “apoyamos a Menem, pero le hicimos un paro a Cavallo” en un mensaje a Kicillof. Por su parte Caló se puso al frente de una protesta del gremio gráfico, que teme perder puestos de trabajo al eliminar la AFIP las boletas de pago en papel.
Por su parte el secretario general de SMATA -otro de los gremios industriales de la CGT oficialista-, dijo públicamente que “el modelo industrial está en peligro”, frase que pareció aludir al riesgo de que el oficialismo pierda las elecciones.
Al mismo tiempo Moyano, en el plano electoral, se reunió privadamente con Macri, su hijo (Facundo) sigue apoyando a Massa y otro diputado nacional de origen sindical (Plaini) está cercano a Scioli.
El Jefe de Gobierno porteño realiza gestiones para formar una Mesa Sindical que lo apoye y después del paro del 31 podría reunirse públicamente con dirigentes sindicales opositores.
En materia de elecciones gremiales, el Kirchnerismo logró retener el control del sindicato de los subterráneos, imponiéndose a la izquierda.