[dc]L[/dc]a última foto juntos no data desde hace mucho tiempo atrás: en las redes sociales de su propiedad, el titular del Grupo Provincia (Buenos Aires) Santiago Montoya, posa con el actual presidente de Belgrano Armando Pérez, data del 10 de octubre pasado. “Y pensar que algunos dicen que estamos peleados”, recita el comentario, etiquetando y nombrando a las cuentas más populosas del “Pirata” en los aplicativos de chimentos y viralización por excelencia: Twitter.
¿Y ahora qué pasó? Sin pelos en la lengua, Montoya, al frente del grupo político “Encuentro Pirata”, salió al cruce contra el actual mandatario del club de Alberdi, enfatizando en algunas de sus políticas de gobierno. El hombre cercano al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, muestra ambiciones. Y a pesar de que no se presentó a las dos elecciones que hubieron en Belgrano desde el levantamiento de la quiebra (coqueteó, midió fuerzas, pero al final desistió de participar en la contienda electoral), el panorama vuelve a tener una tensa armonía, y esta vez, con un clima mucho más álgido en cuanto a la discusión ideológica, a pesar de que recién en 2017 la entidad celeste volverá a tener renovación de autoridades.
Pero algo cambió. ¿Qué fue? Después de que Montoya no se presentara y en parte, avalara la reelección de Pérez, todo indicaba que la convivencia iba a producirse por los canales normales. Evidentemente hubo un cortocircuito.
Por el tercer mandato
Semanas atrás dábamos cuenta de la intención de Pérez de ir por la famosa y tan ponderada en estos tiempos re-reelección. Primero lo dio a entender mediante los mails institucionales que periódicamente la secretaría del club envía a sus socios. El ítem que pone como opción (primera, por cierto) de que el hombre de los cosméticos “debería reformar el estatuto” y volver a postularse, a su tercer mandato. Un llamado a plebiscito camuflado, básicamente, que por los importantes alcances en su gestión (necedad sería negarlo), no le costaría mucho en lograrlo.
Eso parece ser lo que ofuscó a Montoya. Porque el hombre fuerte del Grupo Provincia en sus elocuciones daba cuenta de que no es “opositor” a Pérez, sino que llegado el caso de que no se presentara y desistiera de continuar, él se encolumnaba como el máximo candidato a ocupar esa vacante tan codiciada. De hecho, la lectura de Montoya indicaba que una eventual compulsa iba a quedar en una desventaja presumible en las urnas.
De todas formas, ahora cambió radicalmente: por diversos medios, salió a cuestionar distintos puntos y visiones de la coyuntura del gobierno de Pérez. Y no con palabras delicadas. Por ejemplo, declaró que Belgrano hoy “tiene un proyecto comercial” y no “uno deportivo”; que ya se llegó a una mediocridad, a un estancamiento, porque el equipo “no aspira a pelear por el título y se conforma solo con los 25 puntos para permanecer en la categoría”. Duro.
Y después como para ya oficializar la ruptura de la tregua, anunció que “Pérez utiliza a Belgrano” políticamente para posicionarse en los altos estratos de AFA, apuntando a una eventual candidatura.
Mientras tanto, Pérez en silencio, responde a puro avance: instó a participar, a presentar proyectos, y declaró que tiene un mente un planeamiento para conducir al “Pirata” hasta 2020. Con la finalidad de llegar a esa fecha con un plantel conformado, “en un 80 por ciento”, con jugadores propios de la cantera y las divisiones inferiores. Seductor.
La tercera, ¿La vencida?
El próximo período eleccionario en Belgrano es en 2017, sin embargo, casi a modo de proselitismo, Montoya sobresale entre los actores con aspiraciones. ¿La tercera será la vencida? Porque la cifra es fría y elocuente: desde que la institución de la esquina Arturo Orgaz y La Rioja saneó su pasivo, hubo dos comicios, y un solo postulante: Armando Pérez.
Es decir, ninguno de los que en algún momento asomaron la cabeza, como también lo hizo el concejal Marcelo Rodio (incluido Montoya) no aparecieron. Por eso sería injusto decir que Pérez se acomodó con los mecanismos para perpetuarse en el poder.
PRO y sciolismo
En materia de política nacional, sabida es la gestión que realizó el titular de PRO Mauricio Macri en incorporar a Pérez a su estructura política, como representante de la provincia de Córdoba. Finalmente el hombre fuerte de Belgrano no se mostró convencido del todo y no aceptó. Por eso, hoy el titular de Atenas, Felipe Lábaque, encabeza dicha responsabilidad. Montoya, por su parte, es del riñón de Scioli y con influencias importantes en Buenos Aires, a cargo del Grupo Provincia. ¿Pérez con el kirchnerismo? Pese a que Montoya lo deslizó en algún momento, la versión no volvió a tomar fuerza.
Claro, hay acusaciones de votos y padrones cautivos, de asambleas sin cuestionamientos (y amenazas a los opositores si osan criticar) y un aparato político armado. Como ocurre en cada acto proselitista. Pero esta vez Montoya se mantiene firme. Lejos está de querer conformarse con algún puesto cerca de Scioli y parece apunta con todo, de una vez por todas, a llegar a la conducción de Belgrano. Faltan dos años y sin embargo, estos movimientos mediáticos lo hacen posicionarse como alternativa.
Precisamente esa palabra utilizó para graficarse: «Soy opción/alternativa a Pérez, no opositor». Solo que tomando sus últimas declaraciones, y leyendo entre líneas, ahora se enmarca más en un frente opositor que en un bloque de convivencia hasta las elecciones. Pérez intentará la re-reelección y ya dio sus primeros pasos institucionales, solo que en este caso, se ve que el hombre de «Encuentro Pirata» brindará batalla y no dará tregua. Y a dos años de 2017, ya empieza a marcar su territorio, que se definirá en las urnas, el nuevo mandamás de Alberdi.