Por Florencia Iglesias
[dc]“C[/dc]uando se va el gato, los ratones bailan…” decía mi abuela. La semana pasada el gobernador José Manuel de la Sota viajó a México y ante su ausencia abundaron los dimes y diretes, además varios se animaron a realizar operaciones ya sea para proyectarse o para lanzar misiles contra otros. Cosas habituales en la política.
Cuando no está el Gobernador, el amplio y luminoso despacho de la Casa Espejada se silencia y los cabildeos abundan en la planta baja del edificio, tanto en oficinas destacadas como en caracterizados pasillos. Temas que se comentaron… Repasemos.
A algunos les llamó la atención cómo fue cambiando con el paso del tiempo la postura política del ´eterno´ ministro de Educación, Walter Grahovac. Sin pensar que cuando De la Sota armaba su gabinete tras ganar por primera vez las elecciones provinciales, pensó en que su titular de la cartera educativa debía ser Grahovac, por entonces duro secretario General de la UEPC. El hombre no aceptó y se mantuvo durante ocho años y medio de gestión delasotista en la trinchera de enfrente, encabezando todos los reclamos gremiales, y luego cumpliendo funciones bajo la tutela de Daniel Filmus en el gobierno nacional. Aquella vez, ante el ´no´ de Grahovac, De la Sota tuvo que apelar para el cargo al constitucionalista Juan Carlos Maqueda, hoy ministro de la Corte Suprema de Justicia.
Recién el 10 de diciembre de 2007, cuando juró Juan Schiaretti como sucesor de De la Sota, el profesor de educación física dejó la UEPC para ser ministro, tras un acuerdo entre el peronismo y el gremio docente más el SEP. Pero en el marco de esa concordancia, De la Sota se dio el gusto de tener como ministro de Educación a Grahovac recién en el tercer mandato. ¿Quién diría? Algunos prejuicios que tenía el ´profe´ con De la Sota allá lejos y hace tiempo quedaron atrás, y ahora están juntos formando parte de un mismo gobierno. Es más, dicen que Walter comenzó a proyectar una posible candidatura a intendente para el año que viene, y hasta tendría el consentimiento del propio Gobernador, que también permite el juego para esa competencia de otros dos ministros como Jorge Lawson y Adrián Brito.
El tiempo pasa y algunas posturas cambian.
Otro tema conversado fue el que involucró a la legisladora Sandra Trigo y al dirigente Marcelo Cáceres. Los dos participaron la semana pasada en una comilona íntima con el ahora candidato a intendente Daniel Giacomino. No hay que olvidar que esa pareja salió del peronismo, luego fueron unos de los pocos dirigentes del sector que rompieron para acompañar a Luis Juez y crear el Partido Nuevo, más tarde se separaron de Juez para ser oficialistas durante la intendencia de Giacomino, siendo Trigo concejal y Cáceres secretario de Gobierno municipal. Cuando De la Sota regresó a la provincia incluyó en la lista de legisladoras provinciales a dicha dirigente y tiempo después el entonces superministro Oscar González llevó cerca de él a Cáceres para intentar un armado político en la ciudad, cuando el dirigente de Traslasierra imaginaba un futuro como candidato a gobernador. Cayó en desgracia González y con él se fue del Panal Cáceres, quien volvió a aparecer en las crónicas periodísticas la semana pasada, cuando compartió un momento gastronómico en un local de comida salteña con Giacomino. En esa mesa también se sentó a picar alguna empanadita Trigo. ¿Entonces? Un par de días después, sólo un par, los dos dirigentes movedizos aparecieron en otra mesa política pero ahora justicialista, formando parte de una junta promotora ´De la Sota 2015´ que trabajará en la ciudad para impulsar la candidatura del mandatario provincial. ¿A qué? No se sabe todavía si otra vez a gobernador o a presidente de la Nación? Las trayectorias políticas muchas veces dejan atrás largos y zigzagueantes senderos. Por eso no cayó bien en cuadros intermedios del PJ que le dieran juego al matrimonio: “¿Hay que traicionar para que te den bolilla arriba?”, repiten varios a coro.
Pero en realidad el tema de mayor rating en cualquier repartición provincial, que está en boca de empleados, funcionarios o dirigentes es saber qué hará De la Sota el año que viene. Aunque el Gobernador reiteró hace algunas semanas en una entrevista concedida al diario La Nación, que no intentará otra vez ir por la administración provincial y a la vez insistió en que seguirá trabajando su postulación presidencial. En realidad el delasotismo no ve claro ´De la Sota Presidente´ y sería más cómodo para el sector que el máximo dirigente justicialista cordobés de la historia continúe en el sillón mayor de la política provincial, ubicado a metros del río Suquía. No los hace sentir a gusto que sigan ganando espacio tanto Juan Schiaretti como Olga Riutort. Quizá por todo esto apareció el nombre de Adriana Nazario en el candelero. Queda claro que la pegatina con carteles que postula a la Primera Dama a gobernadora el año que viene no fue casualidad. Justo el día que De la Sota y Nazario se fueron a México amaneció buena parte de la provincia con carteles azules y blancos (los colores de la agrupación delasotista La Militante). ¿Alguien puede pensar que una actividad como esa se realizaría sin que lo sepa el Gobernador y/o su esposa?
Como se habrá leído, mientras De la Sota cumplió con su agenda en el hermano país del norte, hubo mucha tela para cortar puertas adentro. Pero el peronismo cordobés sigue siendo verticalista y espera la decisión de su conductor, para luego proyectar, cada uno, su propia iniciativa, pensando en la nutrida agenda electoral de 2015.