Con subsidio sin calcular, Fetap imagina un boleto a $ 7

Por Yanina Passero
ypassero@diarioalfil.com.ar

MEGALÓPOLIS - MUNICIPALIDAD
MEGALÓPOLIS – MUNICIPALIDAD

[dc]N[/dc]umerosos ejemplos pueden ratificar que los choferes del transporte urbano de pasajeros de la ciudad son los más mimados del sector. Los ampara un convenio colectivo de trabajo que amplía en dos puntos de ventaja el porcentaje cerrado en cada paritaria salarial en Buenos Aires, convirtiéndose en el objeto de envidia, en la Némesis griega, de sus pares del resto del territorio nacional. Repare en el acuerdo logrado a inicios de junio: UTA Nacional consiguió un 28 por ciento que para su filial en Córdoba se traduce automáticamente en un 30 por ciento, fijando el sueldo inicial en 10.372 pesos.
Siguen los arrumacos para los representados por Alfredo “Chuchillo” Peñaloza. Pese a que el acta firmada entre dirigentes sindicales y empresarios en la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación marca que el reajuste de haberes comenzó a regir desde el 1 de junio, fue generalizado el reparo en pagar el aguinaldo con la actualización por parte de las transportistas. En Córdoba, por intermediación de la Municipalidad, se definió la erogación del medio sueldo anual complementario –incluso del adelanto salarial cancelado hace varios días atrás- con el cálculo nuevo.
No sólo el préstamo que efectuó la gestión de Ramón Mestre a las cuatro prestadoras del esquema y la confirmación de la reanudación de los subsidios –tal como adelantó este medio en su edición del miércoles-, sumada a la búsqueda de pagar el aguinaldo sin otorgar margen a la especulación empresaria, son muestras claras que el Intendente no está dispuesto a (o no puede) tolerar un paro más.
El paquete de medidas preventivas y el depósito a tiempo de los fondos, evitaría la aparición estelar de la UTA y sus nocivos efectos sobre la rutina y el bolsillo de los pasajeros. El libro no debe cerrarse porque el sector empresario promete nuevos capítulos. Aunque parezca un cuento chino, el auxilio de la Municipalidad no logró colmar las expectativas empresarias, en especial de la FETAP, punta de lanza de la discusión sobre la rentabilidad de la prestación.
El vicepresidente de Coniferal, Gustavo Mira, explicó –coincidiendo con la información que trascendió de los principales despachos del municipio- que la gestión cubrirá con fondos propios el desfasaje que quede en evidencia con la nueva partida de subsidios de la Nación. Conviene recordar que la Secretaría de Transporte toma como base de cálculo un total de 2.300 empleados del sector en Capital. De más está recordar que la cuatro prestadoras emplean a tres mil choferes, sin contar a quienes se desarrollan en la Tamse residual. Por otro lado, el “diferencial Córdoba” en materia de salarios también quedaría por fuera la estimación de la cartera que preside Florencio Randazzo: el sueldo inicial de cualquier chofer en el país es de 8.600 pesos. El ingreso de los choferes capitalinos sin antigüedad gana la carrera por 1.700 pesos.
En este marco, para Mira la ayuda municipal se presentaría insuficiente. Fijó el monto en 50 millones de pesos para distribuir en todo el sistema, información que fue cuestionada por prestigiosas fuentes del Palacio 6 de Julio involucradas en la negociación que tenía por objeto el pago de aguinaldos, quienes aseguran que aún no puede ser precisado el número por varias razones. Aún no se conoce el monto de las partidas importadas desde Buenos Aires (antes del viernes 11 el misterio sería develado) y, fundamentalmente, el municipio desea interiorizarse sobre la incidencia real del tándem subsidios nacionales-presión salarial para determinar el monto que reservarán de las arcas públicas. Desde Transporte evitaron dar una aproximación alegando razones de “prudencia”.
Como muestra de la insatisfacción, el empresario de Coniferal le puso un número al presunto peligro de desfinanciamiento de las empresas. La vara no es otra que el precio del boleto. Para Mira, el valor debería situarse en el orden de los 7 pesos. Sí, con los subsidios municipales incluidos.
La estrategia es bastante clara: antes que el secretario César Ferreyra ajuste el lápiz, mejor llorar la carta. El empresario observó improbable un próximo reajuste tarifario –el Ejecutivo ya lo negó y por eso vuelven los subsidios- pero anticipó que tendrán graves problemas para cumplir con los estándares del servicio como la renovación de flota, entre otras exigencias que emanan de los pliegos. Las versiones de los alfiles de Mestre son menos indulgentes. Afirman que el planteo es anacrónico, comprensible en el momento en que funcionaba la Tamse. Por último, recuerdan que en la exigencia de una tarifa superior a los 5,30 pesos se mezcla una realidad financiera de la empresa, ajena al municipio e inexplicable con una recaudación diaria en días hábiles de 700 mil pesos y subsidios por 12 millones de pesos.
Nota al pie: si bien Coniferal asume la voz del descargo, no puede dejar de observarse el sugerente acomodamiento de las noveles empresas detrás del reclamo de la prestadora local. En el sainete por el pago de aguinaldos, Ersa y Autobuses Santa Fe también se sumaron a la lista de firmas con problemas para cumplir con sus obligaciones.