En el viaje mágico de la canción

Por Santiago Pfleiderer
san.pflei@gmail.com

chori2 - copia[dc]E[/dc]n un rincón de las sierras, donde arden las estrellas, vive uno de los músicos cordobeses con más proyección en la escena musical actual. Y a pesar de ser una luz en el under –entendido como el circuito alternativo desde el cual nacen las más grandes expresiones de nuestra música- él toca, graba y produce como si no existiera otra posibilidad, y es que no la hay: ya lo dijo el prestigioso periodista porteño Alfredo Rosso: “…los mejores artistas suenan en el under.”
Rodrigo Carazo –el Chori, como se lo conoce amigablemente- es un músico íntegro capaz de desarmar un átomo con sólo empuñar su guitarra y cantar algunas palabras disparadas al viento. Con presumibles sonidos arrastrados hacia una sencillez telúrica y rústica, el cantautor nos doblega el alma con un arsenal de recursos alimentados de experiencia y buen gusto. Y hablo de la experiencia como una gratitud vital, esas rueditas internas que hacen que uno no deje de estar en movimiento y de contagiarse radiactivamente con todos los aromas, paisajes, sonoridades y sabores de los pedacitos de tierra en los que uno, con el culo lleno de hormigas, va conociendo y visitando en ese tour mágico y misterioso de la vida. Los viajes, el amor, las historias, las cuerdas y las bebidas compartidas, las charlas y noches eternas son, quizá, el motor que no permite callar a la victrola, a los sueños, a las canciones.
Con una infancia marcada por el frío, el viento y los mares australes en Tierra del Fuego, Rodrigo Carazo volvió a la provincia más mediterránea de todas para habitar llanuras, ciudades y sierras. En el año 2010, el Chori editó su primer material discográfico titulado Pasos Descalzos, un álbum instrumental donde el viaje se produce a través de la incorporación yuxtapuesta con una tradición de raíz fusionada con elementos de la música electrónica, generando lo que el autor llama una búsqueda “afro-urbana”, esa combinación que no hace otra cosa más que conducirnos a un éxtasis sonoro. Un año más tarde vería la luz Creo Que Sí (2011), un disco que ya tiene una identidad más arraigada en la canción y en la necesidad de cerrar una etapa con producciones que se venían hilvanando desde hacía ya algunos años.
El sendero musical recorrido por el Chori Carazo desembocó en un prado fresco y verde con arroyos de agua dulce, hermosas lomas y sombras danzarinas: Ríe Río se llama el último disco publicado en el 2013, un material jugueteado con témperas, hojas, arroz, yerba y plasticolas de colores, un álbum heterogéneo y colorido donde se unen la canción con elementos del folk y las músicas de raíz, coqueteando también con una ineludible tradición vinculada a sonidos más afrolatinos de la mano del excelente empleo de las rítmicas y la percusión. Rodrigo Carazo trabajó como multiinstrumentista y se permitió el lujo de invitar a grandes talentos locales como los músicos Bruno Cravero, Joaquín Camaño, Mari Polé y Rodrigo Saldaña, entre otros.
Con el disco Ríe Río, el cantautor expresa un mensaje de conexión y de plenitud con la vida y la naturaleza donde la utilización de algunos instrumentos étnicos le da a las canciones una gran profundidad y la proyección para convertirse en temas de espectro latinoamericano rompiendo barreras, ésa misión implícita que se les ha dado a los artistas.
Cuando Rodrigo Carazo abandonó la ciudad para refugiarse en un oasis en el medio de nuestras hermosas Sierras Chicas –allá en Los Quebrachitos, donde la localidad de Unquillo se pierde entre los montes nativos y algunos arroyos cristalinos-, un grupo de audaces músicos se acopló al sueño de la canción: Bruno Cravero (piano), Federico Seimandi (contrabajo), Jota Figueroa (batería y percusión) y Gonzalo Sánchez (saxo y accesorios). Esta formación le permitió a Carazo desarrollar un concepto musical amplio, libre de prejuicios y, por sobre todo, hermoso para el alma y las emociones.
Mientras espera la llegada de su cuarto disco, antes de fin de año, el cantautor nos desvela con maravillas que van desde diversas influencias marcadas por los Beatles, la trova, la música de Brasil, el folklore y la canción rockera. El Chori Carazo nos invita a disfrutar de la música como una sombra, como una noche bajo el manto lunar. Para que al despertar seamos canción.