Lozano: “El partido del ajuste suma adherentes”

diputados_3_23042014_Sturla_ddc_67138[dc]E[/dc]l economista y diputado nacional por la Unidad Popular Claudio Lozano enfatiza que mira con “preocupación” el escenario económico-político argentino. Se lamenta de que una década “de tantas oportunidades”, termine “con una política de ajuste que vuelve a cuestionar la situación social y que, además, aparece como horizonte hasta 2015, con inestabilidad, precios altos, retorno al Fondo Monetario y vuelta al endeudamiento. Se cargan costos sobre la sociedad argentina que no debieran cargarse”.
En diálogo con Alfil durante su visita a Córdoba, insistió en que el “Partido del Ajuste” tiene adherentes y afiliados “no sólo en el Gobierno sino en una parte sustantiva de la oposición; hay una suerte de convicción conservadora entre los políticos que es dura de entender a la luz de lo que ya produjeron planes de ese tipo”. Está convencido de que la Argentina no debe discutir “un perfeccionamiento del ajuste” sino debatir un piso de garantías y derechos para toda la población, sacando a quienes están debajo de la línea de pobreza: “Con el 5% de lo que la Argentina produce anualmente invertido correctamente no habría pobres”.
El eje del debate debería ser cómo relanzar la actividad productiva por la vía de la inversión en sectores claves como “transporte, energía y ferrocarril que son básicos para encarar la reindustrialización”. Lozano afirma que el gasto público creció con la incorporación de algunos planes sociales útiles, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), “pero se hizo sobre la base de mantener otros regímenes de subsidios, promociones y pago de deudas que no deberían estar”. Subraya que hay que “reorganizar de manera completa” el sistema de cuentas públicas y, en ese contexto, insiste en que se mantuvieron, por ejemplo, algunos regímenes de promoción a sectores empresariales concentrados que “no invierten en lo que el país necesita”.
Lozano, quien dirige el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), plantea que, más allá, de los discursos el Gobierno ingresó en las políticas “que dijo que nunca transitaría”. Enumera que después de las elecciones “hizo un giro profundo a la ortodoxia, con una devaluación muy fuerte, del 60% en un año y del 20% en un mes, con suba de precios significativas que se adelantan a las recomposiciones salariales provocando una pérdida de poder adquisitivo importante en sectores amplios de la población”. Estima que en los últimos seis meses el poder de compra cayó no menos de 15 o 17 por ciento en la mayor parte de la población. A las medidas tomadas por el oficialismo agrega la “duplicación de las tasas de interés con el consecuente encarecimiento del crédito y las subas de tarifas que aún graduados para los sectores de menor consumo no bajan del 100%”.
La consecuencia de este esquema, a su criterio, es una caída en el nivel de actividad económica, con la aparición de problemas de empleo que se agregan a la situación de deterioro de poder adquisitivo: “Estamos en un país atado con alambre en términos sociales; la situación es mejor que en el epicentro de la crisis del 2002, cuando la pobreza tocó el 50% de la población. Pero hoy -medición más medición menos- estamos en el 30%, con el 70% de los trabajadores ganando menos de $6.500 para una realidad donde una canasta de consumo base para el sector medio no baja de $10 mil”.
Respecto de lo que podría pasar con el tipo de cambio, apuntó que por la lógica que adoptó la política económica –no porque tenga que ser así- van a volver a corregir el valor del dólar. “Hay una situación de estancamiento de actividad en un contexto de inflación y cada tanto, probablemente en el tercer trimestre, haya un nuevo ajuste cambiario”.

Otra situación
Según los estudios dirigidos por Lozano, en la Argentina “real” el 10% de los hogares son indigentes, más del 40% no llega a adquirir una canasta que los saque de la pobreza y siete de cada diez ciudadanos no reúnen ingresos suficientes para una canasta promedio de consumo familiar.
La distribución del ingreso, según los trabajos, tuvo un sesgo regresivo. La participación del ingreso del estrato más pobre de la población pasó de ser del 24,4% durante el último trimestre del 2012 a ser del 24,1% a mediados del 2013 verificándose una caída del 1,14%. Al mismo tiempo, el estrato más rico aumentó el margen de apropiación pasando de representar el 34,8% en el 2012 al 35,4% al primer semestre del 2013 (resultando un aumento del 1,87% del sector más pudiente de la sociedad).