La suerte de la gestión está sobre los hombros de Mestre

Por Yanina Passero
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ilustra mestreatlas[dc]C[/dc]inco de doce secretarios del Ejecutivo (ahora serán 13 en total), que pertenecían al primer anillo de hombres de confianza de Ramón Mestre, dejaron sus despachos por orden directa del responsable del Palacio 6 de Julio. A primera hora de la mañana de ayer, fueron presentados en sociedad los nuevos cuadros de gobierno.
A menos de cinco meses de autorizar su primer cambio de gabinete (más bien una rotación) para dinamizar y apuntalar la gestión en su cumplimiento efectivo del 50 por ciento -tras una elección legislativa que no conformó a las huestes radicales- Mestre reutilizó la estrategia para salir al cruce de dificultades evidentes, esta vez, por denuncias mediáticas que pusieron en jaque a los alfiles de su círculo íntimo. La táctica no servirá una tercera vez, aseguran por lo bajo dirigentes de la UCR. El jefe comunal debería mostrar su talla como administrador. Los deseos de ver al partido en la gobernación fueron refrendados por los presentes en el acto de asunción.
La oxigenación del esquema de funcionarios con ascensos y nuevas incorporaciones es un recurso que el intendente deberá descartar en lo sucesivo. No solo el éxito de la gestión -que aún tiene tiempo suficiente para mostrar resultados- sino también las chances políticas de su número uno, dependen exclusivamente de su cintura política y competencias como gestor. Es el momento de aprovechar todas las oportunidades disponibles, aseguran fuentes municipales, antes de que se acerque el tiempo de descuento que se agudizará con la largada de la carrera electoral de 2015. El margen de error se contrajo a cero.
El precedente más cercano de una situación de convulsión política similar a la que asistió en los últimos días la actual administración municipal, fue el divorcio político del entonces intendente Germán Kammerath con José Manuel de la Sota a cargo del Ejecutivo provincial a inicios de 2002. Como ocurrió durante el fin de semana que pasó, en aquella oportunidad abandonaron la gestión del ucedeísta funcionarios clave en Salud, Transporte y Economía. Claro que por motus propio por su filiación peronista.
La decisión de Mestre de apostar al recambio de nombres y a la modificación de la estructura orgánica con la división de la Secretaría de Desarrollo Urbano en dos (Planeamiento e Infraestructura) intentó aparecer como una señal de que la gestión comenzaría a ser “aplicada”. Esto es, que persigue resultados concretos y de utilidad inmediata en la cotidianeidad de los vecinos. El dato: mañana sería tratada en el Concejo la nueva estructura de gobierno.
No es casual que ayer por la tarde, los nuevos secretarios Héctor Di Forte y Juan Giunta, acompañados de Alberto Giménez de la General, anunciaran que el intendente decretó la emergencia en alumbrado público por 120 días y la correspondiente afectación inmediata de más de $8 millones para la compra de materiales y la recuperación de la red. Otros 6 millones de pesos irán para bacheo y repavimentación. Incluso, hoy se esperan nuevos anuncios en materia de transporte.
“Gestión, gestión, gestión”, prometió Mestre en el discurso que precedió la jura de solo dos de los nuevos secretarios (César Ferreyra en Transporte y Gabriel Acevedo en Salud). Ciertamente, la clave para detener la caída y recuperar la confianza.
Con las prioridades repensadas, la apelación directa a los “viejos dirigentes” de la UCR fue un pedido a viva voz de la necesidad de que le renueven a él y a su equipo el voto de confianza. “A todos aquellos viejos radicales que me han visto trabajar, militar y comprometerme con mi partido, para todos los vecinos de la ciudad, todos esos valores que tenemos los vamos a preservar, los vamos a cuidar, nos vamos a levantar, vamos a seguir trabajando para la recuperación de la ciudad”, prometió Mestre. La fuerza política respondió alineada y con la presencia de figuras expectables como Oscar Aguad y Mario Negri.
En resumidas cuentas, con la elección de funcionarios especializados, el respaldo del partido que tuvo elementos para poner en duda, o al menos cuestionar, el rumbo elegido y una buena reserva de fondos para lograr un golpe de efecto, Mestre tendría los elementos necesarios para no fallar.
“Quiero decirles que he recibido el mensaje, me queda claro que todo lo que hemos hecho hasta ahora no alcanza y que también seguramente hemos cometido errores”, se sinceró Mestre. Aunque seguidamente citó los presuntos hitos de gestión propios de un discurso de apertura de sesiones y, sin detenerse, aseguró que las denuncias por presunta corrupción serán dilucidadas por la Justicia.
Un discurso de molde que colmó las expectativas de los presentes pero que espera las enmiendas prometidas.