[dc]E[/dc]l Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE) analizó el efecto de la reasignación de subsidios que comenzó a instrumentar el Gobierno nacional, por ahora, en agua (no alcanza a Córdoba) y gas mientras se espera que el ajuste se extienda al sector energético (todavía la administración central está firmando acuerdos con las provincias). Entre los resultados se cuentan un posible ahorro en las cuentas públicas (aunque depende del consumo final de gas) y un impacto negativo en el ingreso disponible de los sectores medios, que pagarán más por el servicio y tendrán menos dinero para otros gastos. La evolución del gasto público en transferencias (subsidios) fue mayor que la del gasto total, con una tasa de variación internanual que va modificándose conforme al nivel de actividad. Las transferencias en Servicios Sociales están integradas –por orden de importancia- por seguridad social, educación y salud. Desde el 2007, se registra un incremento en Seguridad Social de nueve puntos y una baja de tres en educación.
En el caso de las transferencias en Servicios Económicos –que significan casi un cuarto del global de subsidios- se conforman por Energía, Combustibles y Minería y Transporte; esos son los dos componentes que en valores absolutos son los más importantes y, además, impulsan el alza de subsidios y también del gasto público total. La participacipación de Energía es ascendente y la de Transporte perdió peso en los últimos tres años.
Desde 2007 hasta el año pasado se registra una pérdida de la importancia de las transferencias a servicios sociales respecto al global (cae diez puntos en el período analizado) y esa participación pasa a engrosar los subsidios económicos. Mientras que los subsidios sociales mantienen en el lapso una tasa interanual de alrededor del 30%, las destinadas a sectores económicos dependen del nivel de actividad; así en el 2009 cayeron 9,1% respecto al 2008 y en 2010 y 2011 suben de manera significativa (59,9% y 51,7% respectivamente). Se moderan en 2012 y 2013.
Respecto de los ingresos corrientes del sector público, los subsidios pasaron de representar el 58% en 2007 al 74% en 2013; en ese período los subsidios económicos subieron del 10 al 19 por ciento del total de los ingresos corrientes y los en servicios sociales pasaron de 48 a 53 por ciento.
“El Gobierno usó los subsidios como un mecanismo para impulsar el consumo y mejorar la compeitividad de las empresas”, afirma la economista Mary Acosta. En 2013 los subsidios sumaron $ 134 mil millones, lo que es entre el 5 y el 6 por ciento del PIB. El 60% de ese monto fue al sector energético (Cammesa, Enarsa y Yaciretá); el 26,2% fue a transporte (básicamente a trenes y a Aerolíneas Argentinas); el 11,1% va a empresas públicas (Aysa y Arsat); el 1% fue al sector rural y forestal (programa Más Carne, promoción de plantación forestal y Promoción Ganadería Ovina); 0,6% a sector agroalimentario y 0,3% a la industria.
Un trabajo del Ministerio de Economía de Buenos Aires para todo el país transparenta que el decil más rico de la población se apropia del 16% (equivale a medio punto de su ingreso) de los subsidios de transporte de pasajeros, gas, energía y agua y el decil más pobre recibe el 5% (que representa el 4% de su ingreso). En el caso del gas natural, los más pobres se apropian del 2% de los subsidios mientras que en el gas envasado se quedan con el 14% (es el que más usan); en el caso de la electricidad las ayudas están mejor distribuidas. Si la lupa va sobre el transporte, el subsidio al avión es el más pro rico y, a la vez, el más regresivo. “Este esquema se repitió durante seis años y eso es lo más problemático”, aporta el economista Víctor Peralta.
A partir del recorte de los subsidios al gas (y de las nuevas tarifas) los efectos sobre el consumo en función del ingreso, los deciles 1 y 2 (los más pobres que estarían entre los que cobran AUH, tienen jubilación mínima) no tendrían cambios (ingreso disponible no bajará y podría subir); entre el ocho y el diez (las clases más altas) tampoco tendrían cambios en sus ingresos disponibles. Son los deciles intermedios los que sufrirían una caída en sus ingresos.