Por Yanina Passero
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[dc]A[/dc]trás quedó la percepción medianamente positiva que los usuarios tenían de la empresa Ciudad de Córdoba en la víspera del debut del nuevo esquema de transporte que ideó la gestión Mestre. Con la justificada demonización de la Tamse y los paros parciales de los choferes municipales, las prestaciones de sus competidoras tenían atributos, en términos relativos, propios de un reloj suizo. Lo cierto es que desde el 1 de marzo a la fecha, la empresa local es el actual desvelo del equipo de gobierno municipal. A los problemas propios de todo cambio, se sumó una delicada situación en el plano gremial y empresarial que se ¿resuelven? con el lamentable escenario de fondo que muestra a miles de pasajeros a pie.
Cuando la polarizada UTA olfatea la menor movilidad en las estructuras empresariales abre fuego. El ejemplo más acabado lo ofreció la disolución de la empresa de transporte estatal y la aparición de nuevas compañías. Las garantías laborales exigidas por el gremio que encabeza Alfredo “Cuchillo” Peñaloza se lacraron en medio de salvajes interrupciones del servicio. El déjà vu regresó.
Los atrasos en los depósitos de los haberes o adelantos en concepto de preacuerdo paritario, no sólo en los corredores urbanos sino también interurbanos que explota Ciudad de Córdoba, anticiparon dificultades financieras. El gremio de los choferes no tiene paciencia y menos en materia de bolsillo. La novedad de que se prorrogó el contrato precario hasta que la compañía cumpliera con las pautas contractuales exigidas por el municipio, no hizo más que aumentar la usual beligerancia de los dirigidos por el exfútbolista.
Nota al margen: si bien desde la empresa aseguran que firmaron la adjudicación, la gestión aún no dio el último paso: el contrato definitivo. Tampoco está claro si el resto de las prestadoras –Coniferal, Ersa y Autobuses Santa Fe- cuentan con este “activo financiero”, si se tiene en cuenta que el contrato es necesario para acceder a créditos que habiliten la compra de unidades, por ejemplo.
La UTA se aprovecha de algunos puntos inciertos pero acordes a un proceso de licitación y reacomodamiento de un servicio público que traslada a 600 mil usuarios diariamente. También usufructúa con reacomodamientos accionarios, como parecen sugerir las dos jornadas de paro. Es por esto que ayer, pese a que se pagaron todos los sueldos, el gremio resolvió continuar con la medida. Ahora resta esperar si acatan la conciliación dispuesta por el Ministerio de Trabajo y se restablece el servicio en la jornada de hoy. De todas formas, Peñaloza, escoltado por delegados y choferes, reflotó un pedido que fue resuelto y refrendado por las autoridades municipales cuando se llevó a cabo la licitación. No quedaba dudas de que Mestre se hará responsable de los trabajadores en caso de problemas de diversa índole con las empresas prestadoras. Igual, el líder de la UTA reiteró lo innecesario: que se garanticen las fuentes de trabajo.
Acciones
El gremio y el municipio saben que en la empresa Ciudad de Córdoba se estarían llevando adelante reacomodamientos accionarios. Ambos, partes externas de un proceso pero aludidos directos: el intendente paga el costo políticos por los ciudadanos a pie y la conducción sindical debe seguir de cerca los movimientos para contener la posible incertidumbre que esto genera en las bases y que se refrende la decisión de adjudicación.
Según confirmaron fuentes calificadas, están en danza capitalizaciones de acreencias del empresario Jorge Lagos que hoy detenta el 22 por ciento del paquete accionario de Ciudad de Córdoba. Al mismo tiempo, la firma Ersa estaría interesada en comprar otro 20 por ciento. Ambos procesos aún no se sustanciaron pero son suficientes para viciar el clima interno de la compañía porque existen accionistas tradicionales que resisten el desembarco de Juan Carlos Romero.
Cardeilhac, solidario
Declaraciones a Cadena 3 del secretario de Transporte, Juan Pablo Díaz Cardeilhac, no hicieron más que envalentonar los variopintos argumentos sindicalistas (la UTA pidió, también, por la regularización del pago de obra social y reintegros por descuentos de la cuota de alimentos). Si la empresa transita por un momento financiero delicado, el exconcejal lo dejó claro. “El municipio exige la reanudación del servicio a través de una intimación. Se debe garantizar el cobro de los salarios. Ayer (por el lunes) era el cuarto día hábil”, se solidarizó el funcionario, quien además insinuó que puede multar o resolver la caducidad de la concesión por incumplimientos varios.
“Con esta empresa hemos tenido dificultades en los últimos meses, en los distintos pagos de salarios. Además no vemos la presentación de los colectivos que corresponden”, se quejó. Y disparó: “aún no hemos suscripto un contrato derivado de la licitación, porque no se han presentado las unidades 0 Km y se los ha intimado a que cumplan con esta obligación”.
¿El empresario Romero asoma como el salvador? El panorama es incierto. La única certeza es que la conflictividad en Ciudad de Córdoba continuaría, al menos así lo señalan empresarios, sindicalistas y funcionarios por lo bajo.