“Nadie es profeta en su tierra” no es una sentencia de la cultura popular aplicable a Ramón Bautista Mestre. Aunque sanjuanino de nacimiento, el padre del actual intendente fue un político made in Córdoba, qué duda cabe. Su paso por la función pública –brillante en la Municipalidad y más que aceptable en la Provincia- le merecieron una rápida “canonización”. A pocos días de su muerte, en 2003, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza por unanimidad colocando su nombre en la obra tal vez más emblemática de su gestión en la ciudad, la avenida costanera.
Pero un reconocimiento absolutamente impensado podrá venir desde lejanas tierras, siempre que el Parlamento de la República de Mordovia, integrante de la Federación Rusa, sancione una ley impulsada por sus más altas autoridades. Se trata de una iniciativa que surgió de actuales parlamentarios que alguna vez, en tiempos de la Unión Soviética, fueron directivos de la empresa Elektro Vipryamitel y que construyeron un vínculo de afectos con el ex gobernador, que en los ’80 hizo tres viajes a la Unión Soviética para comprar el sistema de trolebuses a la empresa Tecnotroyerexport y después otros dos, ya en los ’90, tras la caída de la Unión Soviética, para la colocación en órbita del satélite Víctor I.
El proyecto de ley en cuestión ya fue presentado en el parlamento, con asiento en la capital de Mordovia, Saransk, y lo convertirían en ley este año, según adelantaron autoridades municipales de Córdoba en vísperas del viaje que ayer inició a Rusia el hoy intendente e hijo del ex gobernador, que tiene entre otros objetivos la compra de diez nuevos trolebuses Trolsa y gestiones para la posible radicación de una planta de Elektro Vipryamitel en esta ciudad para la provisión de repuestos y servicios en Latinoamérica.
Como es sabido, Rusia será sede del Mundial de Fútbol 2018 y Saransk será una de las subsedes. Por esto, se está construyendo una avenida que rematará en el estadio principal de la capital de Mordovia que llevaría el nombre de Ramón Mestre. Se trata de un reconocimiento a quien toman como el precursor de la instalación de trolebuses rusos en Latinoamérica.
Mordovia es una república rusa ubicada en el centro de la parte europea de la Federación Rusa, en las cuencas de los ríos Oká y Volga. Hace poco tiempo, en enero del año pasado, su existencia adquirió momentánea notoriedad en el exterior cuando eligió esa nacionalidad el actor francés Gérard Depardieu. (Como bien señala Wikipedia, el cineasta ha recibido las más grandes condecoraciones de Francia, como ser nombrado “Caballero de la Legión de Honor” y “Caballero de la Orden Nacional del Mérito”, pero Mordovia le ofreció para su fortuna personal menos severidad fiscal que el Estado francés).
Elektro Vipryamitel es una fuerte autopartista rusa con cerca de 3.600 empleados que provee productos electrónicos de potencia en el mercado interno y también exporta a otros países. A su vez, la fábrica de Trolsa es la principal proveedora de trolebuses en Rusia, un sistema muy difundido en un país que es líder mundial en la generación de hidroelectricidad. Es decir, este insumo es allá barato, lo que explica la extensión de un sistema de transporte que utiliza como propulsión la electricidad.
Mestre viajó a Rusia acompañado por Alberto Giménez, actual secretario General de la Municipalidad y hasta hace poco presidente de la Tamse, que retuvo para sí la explotación del servicio de trolebuses.
El objetivo principal es la compra de nuevos trolebuses (cuestan entre 400.000 y 800.000 dólares), de una tecnología sensiblemente superior a la que conocieron los cordobeses con los primeros troles comprados en la ex Unión Soviética en los ’80, según explicó Giménez, agregando que las nuevas unidades que se fabrican tienen hasta 40 kilómetros de autonomía sin alimentarse de la red de las catenarias.