Por Víctor Ramés
cordobers@gmail.com
La versión argentina criolla de ese espectáculo universal llamado circo fue, como se sabe, la fuente de la escena dramática nacional, entendiendo por tal aquella que a fines del siglo XIX se expresó con lenguaje propio, en pantomima primero y luego con texto, haciendo pie en temáticas de la cultura rural y suburbana, y dirigida al espectador popular. También fue un engranaje clave en la difusión de algunas músicas y danzas criollas. Y no se puede dejar de señalar que en el seno de ese formato se alojaban también formas del teatro político, como veremos.
El diario radical La Libertad trae, en enero de 1904, noticias de dos circos que coinciden en la ciudad de Córdoba. Tanto el circo, como el teatro cordobés, a comienzos del siglo XX carecían de una identidad local o regional propia, pero la ventaja mediterránea y cultural de Córdoba hizo que estuvieran presentes, aunque fuera de paso, diversas formas del espectáculo que en su época convocaban al público bajo el rótulo de Circo.
“Espectáculos – Circo La Unión
Esta noche habrá función de gala. Se estrenará la obra original del Sr. Enrique L. San Martín titulada El suicidio del Dr. Alem, la que su autor dedica a los jefes y oficiales del 8 de Infantería y a distinguidos caballeros de esta ciudad.”
La oferta podría presentarse como una obra teatral, pero lo hace en el marco contenedor del circo. No podemos aseverar la filiación radical de la compañía, pero son fuertes coincidencias la publicación del aviso en un diario de esa corriente, y la temática de la obra, cara especialmente a los militantes radicales. Sugestivo resulta, por supuesto, que la función esté dedicada a los jefes militares del 8 de Infantería, unidad que sería de las primeras a plegarse a la revolución de 1905.
Una segunda mención del mismo circo aparece algunos días después, siempre en el diario que comentamos:
“Espectáculos – Circo La unión
La compañía acrobática que funciona en la calle Chacabuco ha organizado para esta noche una gran función de gala con motivo del estreno de una obra nacional, cuyo autor, un joven estudiante de derecho que desea conservar el anónimo, la ha escrito expresamente para que sea estrenada por esta compañía.
La obra se titula “La razón del obrero” y está dividida en dos actos y ocho cuadros.
En el programa que es bien nutrido y variado, figuran muchos ejercicios que darán mucho interés al espectáculo.”
Aquí el aviso da cuenta de elementos más circenses, que complementaban el número escénico. Y gracias a una cita provista por Beatriz Seibel en su Antología de obras de teatro argentino, sabemos que la compañía se presentó en Salta en 1905, donde el drama escénico ya visto en Córdoba es filiado como socialista: “El Circo La Unión de los Hermanos Ponce presenta ‘los dramas criollos de moda’ y entre ellos el drama socialista La razón del obrero.” Lo más llamativo de esta compañía es, entonces, un repertorio dramático en el formato del circo, y por supuesto la temática social que está en el eje de la propuesta.
El mismo día en que se presenta el Circo La Unión, La Libertad da noticia de otra convocatoria circense en la ciudad, encabezada por un referente de la especialidad:
“CIRCO RAFFETTO
En este circo también tendrá lugar esta noche una función que atraerá mucha concurrencia dada la variedad de los ejercicios ecuestres que se ejecutarán y de otras notas que constituyen el interesante programa que se ha repartido.”
Pablo Raffetto había nacido en Génova y llegó a la Argentina en 1869, portando sus jóvenes veintisiete años y una fama que él mismo -quién sino- echó a correr, ligada a su apodo “cuarenta onzas”. Pasó a la tradición popular y de allí a la memoria de Pepe Podestá, que ese apelativo nació en Marsella, en un torneo de lucha romana, que ofrecía al campeón 40 onzas de premio. Deducimos quién ganó aquella prueba, y que la especialidad de Raffetto era la de forzudo de circo. Raffetto fallecería en Córdoba en 1914. En 1877 se produjo un cruce de caminos que acercó más a la luz histórica al luchador y empresario: su encuentro durante una gira por el Uruguay, en la ciudad de Canelones, con los Hermanos Podestá, a quienes Raffetto contrató y llevó a Buenos Aires. En aquella troupe viajaba la semilla del teatro nacional argentino.
Cerramos con una cita del diario cordobés del viernes 22 de enero de 1904:
“Para mañana ha organizado una función especial el director Raffetto en la que él actuará despertando como es consiguiente inusitado interés.
Por última vez en la presente temporada se repetirá la lucha romana entre los campeones de la fuerza don Pablo Raffetto y el luchador cordobés Domingo cabrera, lo que es más que suficiente atractivo para que el circo se vea mañana sumamente concurrido por los aficionados a ese género de espectáculos que tanto interés despierta.”