[dc]R[/dc]usia negó la existencia de una “agenda secreta” al iniciar discusiones en Moscú con Irán y Siria para forjar un frente común de cara a la conferencia Ginebra 2 para solucionar el conflicto en el país árabe, mientras que Estados Unidos instó a la oposición siria a participar del evento. Los jefes de la diplomacia rusa, siria e iraní se reunieron en una mansión de la capital rusa para tratar de acordar una postura compartida con vistas a la conferencia, que comienza la semana próxima en Suiza y donde se espera que resistan presiones para que el presidente sirio, Bashar Al Assad, deje el poder.
“Partimos de la base de que Irán debe ser y será inevitablemente parte de los esfuerzos para el arreglo del problema sirio”, afirmó el canciller ruso, Serguei Lavrov, en rueda de prensa, horas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, volviera a pedir, indirectamente, la participación iraní en Ginebra 2. El encuentro sería la primera negociación cara a cara entre Damasco y los insurgentes desde el comienzo del conflicto, en marzo de 2011, con una revuelta popular férreamente reprimida que luego se convirtió en una guerra con la aparición de grupos insurgentes, incluyendo algunos vinculados a Al Qaeda.
Las reuniones “no significan que haya un proyecto tripartito. No tenemos nada de que ocultar. No tenemos una agenda secreta”, señaló el canciller ruso, Serguei Lavrov, tras reunirse con sus pares iraní y sirio, Mohamad Javad Zarif, y sirio, Walid al Moallem, respectivamente.
La ONU estima que más de 100.000 personas murieron en Siria desde el inicio de la guerra entre los grupos insurgentes que quieren derrocar a Al Assad -que están apoyados por Arabia Saudita y otras monarquías árabes sunnitas- y el Ejército nacional sirio -que está respaldado por el movimiento islamista libanés Hezbollah-. Moscú mantiene que la presencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita es crucial para el éxito de la conferencia, que se iniciará el 22 de enero, y así lo hizo saber Putin, a su colega iraní, Hasan Rohani, en una reciente conversación telefónica.
Teherán quiere participar en la conferencia, que en realidad se celebrará en la ciudad suiza de Montreux y no en Ginebra, pero, al contrario que en el caso de Arabia Saudita, no está confirmada ni su presencia ni el rango de la misma. Tampoco está confirmada la participación de la principal coalición de opositore sirios en el exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), que está fuertemente dividida sobre si asistir o no y que tiene previsto anunciar hoy su muy demorada decisión.
Estados Unidos sostiene que Teherán “es bienvenido” pero debe antes aceptar que la meta del encuentro es aplicar lo acordado en Ginebra en junio de 2012, es decir la formación de un gobierno provisional sin Al Assad para dirigir la transición democrática en Siria, pero Teherán se opone a una salida del presidente sirio. En Washington, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, urgió a la CNFROS a asistir a la conferencia de Ginebra 2 y se mantuvo firme en su exigencia de que Irán debe aceptar los términos acordados en 2012 si quiere formar parte del foro.
“En la víspera de la asamblea general (de la CNFROS) para decidir si asisten a la conferencia de Ginebra 2, Estados Unidos urge a emitir un voto positivo”, dijo Kerry en una intervención ante la prensa desde el Departamento de Estado. “Desde el momento en que anunciamos que se celebraría Ginebra 2, el objetivo acordado fue específica y únicamente implementar el comunicado de Ginebra 1. Ese objetivo no pudo haber estado más claro en el momento del anuncio y no puede estar más claro hoy”, subrayó Kerry, en un golpe indirecto a Irán.