[dc]E[/dc]l gobernador José Manuel de la Sota tomó el juramento de siete ministros nuevos para su renovado gabinete, con el que encara la segunda mitad de su tercer mandato. También recibieron su decreto cinco secretarios, pero no serán las únicas incorporaciones al equipo del titular del Panal. Fue ayer por la tarde en el auditorio de la planta baja, donde se hizo presente dirigencia justicialista de toda la provincia en gran número. Una señal de apoyo al difícil momento que pasa el Gobierno.
La agenda más compleja la tendrá el ministro de Gobierno Jorge Saieg, quien asumió el cargo pidiendo licencia como intendente de Alta Gracia. Se trata de un ultradelasotista que se encargará del estratégico vínculo con los municipios, y de tomar el “fierro caliente” que significa el momento crítico que vive la Policía de la Provincia.
Una curiosidad: Saieg es uno de los dirigentes que más hizo uso de licencia. Batió récord en la legislatura solicitando ese beneficio en dos oportunidades para ocupar cargos como la presidencia de la Lotería de Córdoba. Ahora corta a la mitad el mandato que sus vecinos le dieron con el voto en la ciudad del Tajamar para llegar a uno de los sillones deseados y difíciles de la política, en un momento complicado.
No son pocos dentro del justicialismo los que consideran que Saieg está allí más por ser de confianza del Gobernador que por tener “uñas de guitarrero”. De renegar con los baches en Alta Gracia a enfrentar conflictos policiales o discusiones con municipios, un cambio drástico en los días de trabajo que vienen para Saieg.
Asumieron junto a él tres de sus principales colaboradores: el secretario de Seguridad Matías Pueyrredón (era asesor de la desaparecida Jefatura de Gabinete), el de Asuntos Municipales Rodrigo Rufeil (intendente de La Calera) y de Asuntos Institucionales Osvaldo Vottero (intendente de Oncativo).
Políticamente tiene un significado puertas adentro del peronismo la asunción del intendente de San Francisco, Martín Llaryora, más allá de que la cartera que le tocó sea la de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Científico-Tecnológico.
Llaryora tuvo muy distante de De la Sota, y así comenzó a construir su espacio “El Peronismo que Viene” disparando algunos dardo contra el Gobernador y con el apoyo estratégico de Juan Schiaretti, durante su gestión. En las PASO del 11 de agosto el joven dirigente del departamento San Justo se animó a enfrentar al peronismo oficialista con el sello Fuerza Renovadora (el mismo nombre que utilizó Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires).
Consiguió el porcentaje indicado para sumarse como minoría dentro de la lista de Unión por Córdoba. Llevó adelante una campaña esforzada y prudente, sin lanzar dardos contra su “competidor interno Juan Schiaretti”. Por estas razones aceptó sumarse a la boleta oficialista porque no le alcanzó para ingresar como diputado nacional (estaba en el cuarto escalón e ingresaron tres diputados).
Llaryora es uno de los integrantes que más logra oxigenar el nuevo equipo de De la Sota, teniendo en cuenta que es joven, que comenzó a marcar su propio camino dentro del PJ y que viene realizando una buena gestión en su intendencia.
Hace dos años el Gobernador le había ofrecido un ministerio a Llaryora. Fue el de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, pero le dijo que no porque acababa de ser reelegido como intendente y una encuesta encomendada por él mismo en su pueblo indicaba que el 75 por ciento de los vecinos estaba en contra de que dejara la gestión municipal para ser ministro provincial.
Después de la campaña electoral pasada, Llaryora sabía que sus días como intendente habían llegado a su fin y si no era diputado sería ministro. De la Sota le dio un cargo de escaso impacto político por estos días, pero el joven al menos tendrá un despacho con domicilio en la ciudad de Córdoba. Si quiere crecer en la política sabe que le resultará doblemente difícil armar una estructura provincial desde su localidad en el este provincial.
Uno de los dirigentes de su sector que también asumió ayer un cargo, es el intendente de Morteros Germán Pratto. Será secretario de Ambiente. Parece un lugar insignificante pero deberá renegar desde su primer minuto en ese sillón con la instalación de la planta de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas. Además está abierta la reglamentación de la ley de Bosques. Habrá que ver si le resulta un buen negocio cambiar la paz de gestionar en la prolija y pujante Morteros que renegar con ambientalistas y sectores de inversión.
De la Sota parece haber apostado a los jóvenes dirigentes más que a los experimentados, en este momento caliente de su tercer mandato. El intendente de la localidad de Melo será ministro de Agricultura, en lugar del criticado ultradelasotista Julián María López.
Se trata de un joven dirigente del que se hablan bien dentro del PJ y que ahora deberá demostrar si está a la altura de las circunstancias. Es cierto que el tema del campo le resulta cotidiano, porque su pequeño pueblo se encuentra rodeado de campos con animales y sembrados. Tendrá que recomponer el diálogo con el sector que se cortó y en el mejor de los casos se abandonó, durante la gestión de Scalerandi. El mayor perjuicio que el exministro le generó a De la Sota no fue la denuncia que sufrió por colgar los ganchos en su casa de campo. Peor fue haber realizado una mala tarea desde ese despacho.
López tendrá que poner la cara cuando les llegue a los chacareros los cedulones con los aumentos impositivos para el campo, allí donde se mantiene el caudal de voto de Unión por Córdoba, al menos lo demostrado en las últimas dos elecciones.
Un viejo conocido del peronismo debutará en un cargo ejecutivo provincial. Luego de tantos años como legislador provincial y nacional, el médico cirujano de la ciudad de Oncativo, Francisco Fortuna, es el nuevo ministro de Salud. La agenda sanitaria provincial no es sencilla, desde el final de la gestión Schiaretti, en tiempos de Oscar González como titular de Salud, la relación entre la administración provincial y los hospitales fue mala. El saliente Carlos Simon que venía de ser director del hospital Córdoba, nunca logró recomponer el vínculo.
Políticamente no se entiende dentro justicialismo cómo el departamento Río Segundo fue “premiado” con dos cargos importantes (el otro es el de Vottero), teniendo en cuenta que es un territorio plagado de internas, donde el justicialismo perdió allí las últimas elecciones. Cosas que pasan.
En tanto, Manuel Calvo mantiene su condición de ministro pero dejó el de Aguas, Ambiente y Servicios Públicos, para sumarse al de Gestión Pública. Es el dirigente delasotista del departamento San Justo, que fue rival de Llaryora en las PASO. Todavía no está claro cuál será su función en el nuevo esquema del gabinete, seguramente un área administrativa y quizá le toque estar cerca de las negociaciones con los gremios por temas salariales. Allí se encontraba Mónica Zornberg.
El relacionista público Jorge Lawson finalizó su gestión como ministro de Industria para llegar a un sillón que pareciera caerle al dedillo. La flamante cartera de Comunicación y Desarrollo Estratégico va a contener prensa, difusión y otras áreas. Estará como secretario de Comunicación Fernando Aimaretto y suena para sumarse al equipo el comunicador institucional Juan Manuel Saieg (actual vocero de Ecogas y extitular del Círculo de Comunicadores de la provincia CIRCOM), aunque nadie lo confirmó.
Fabián López regresa a una gestión de De la Sota, ahora como ministro de Agua, Ambiente y Servicio Público. En el primer mandato del Gobernador fue titular de DIPAS, es especialistas en recursos hídricos y por su condición de técnico exitoso fue llevado a la gestión presidencial de Néstor Kirchner como titular del área. Se encargó, entre otras cosas, de la estatización del servicio de agua corriente en la ciudad de Buenos Aires.
Debajo de él pasó el área de Transporte, que dejó de ser ministerio para transformarse en secretaría. Allí irá Gabriel Bermúdez, exfuncionario municipal de la gestión de Daniel Giacomino. Asume en medio de un conflicto, pero tiene experiencia en lidiar con gremios y conoce el área.
Peleas en puerta
El peronismo de la ciudad de Córdoba sigue ausente en el gabinete, los funcionarios con domicilio en Capital que asumieron no son dirigentes justicialistas. Otro detalle: fue el fin de la Jefatura de Gabinete y el adiós de Oscar González del ejecutivo. Ayer por la tarde, mientras los nuevos funcionarios asumían, él regresaba a la banca de legislador provincial. Dicen que será Presidente Provisorio del cuerpo en lugar de Carlos Alessandri.
No será fácil la convivencia del avezado dirigente traslaserrano tanto con su par de Calamuchita, como con la vicegobernadora Alicia Pregno. Seguramente intentará mediar el titular del bloque de legisladores de Unión por Córdoba, Sergio Busso, quien por el momento no dejará el cuerpo para ir como ministro de Justicia.