Por Daniel Zen
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[dc]A[/dc]yer el secretario de economía de la Municipalidad, acompañado por parte de su equipo, fue a explicar el proyecto de Presupuesto 2014 a la comisión de Hacienda del Concejo Deliberante. No le fue para nada bien.
El edil del Frente Cívico, Esteban Dómina, aprovechó la ocasión pública para dejar en off side al “Kicilloff” de Mestre: notó frente a todos que la tasa Comercio e Industria contemplaba para el año entrante el incremento en 206 rubros, cosa que Dequino había negado por los medios hace algunos días y que inclusive, hizo negar al intendente Ramón Mestre también al aire.
Surgen dos cosas relevantes a partir de estas informaciones, 1) ¿Qué implica un aumento del 10% en dicha tasa? 2) ¿Qué desencadenó el engaño de Dequino al interior del oficialismo?
¿Qué significa aumento del 10% en la tasa?
Comercio e Industria es el 47,78 de los ingresos propios municipales. O sea, constituye la tasa más importante. Y se actualiza sola, por la misma actividad económica. Si el comerciante vendió un chicle a $1, tributa un porcentaje de ese peso. Si el comerciante, el año siguiente, vende el mismo chicle a $1,2, tributa ese mismo porcentaje pero sobre $1,2. Indexación automática, que se dice.
Lo que hizo el gobierno municipal ahora es ir por encima de la inflación y tocar esos porcentajes (alícuotas) en promedio un 10% en 206 rubros. Una medida recaudatoria “ortodoxa”.
Dómina lo detectó. El concejal olguista Juan Manuel Rodríguez lo amplió: “Comercio e Industria se actualiza solo, pero Mestre en su afán recaudatorio tocó las alícuotas. Eso es sumar presión impositiva. Y adivine quién lo paga: el consumidor final, porque el comerciante traslada los costos. Algo totalmente regresivo”.
Cuando estalló el aquelarre en el Concejo, la presidenta de la bancada de Unión por Córdoba, Alejandra Vigo de Schiaretti, sumó críticas y tiró un dato que si se comprueba, sería dificil de remontar para la retórica del orden que vende la Municipalidad y que cumple dos años. “El gasto salarial sobrepasa el 70% de los recursos municipales; recursos que por otra parte se triplicaron con respecto a 2011 cuando no gobernaba Mestre”.
2. ¿Qué desencadenó el “engaño” de Dequino?
Conflictos internos.
a) Se supo que Javier Bee Sellares, presidente del bloque radical en el Concejo, admitió a algunos de sus correligionarios -cuando finalizó la comisión de Hacienda- el desastre público que constituyó la travesura de Dequino, primero diciendo y haciendo decir al intendente que no habría aumentos en Comercio e Industria en 2014, y luego quedando expuesto públicamente por Dómina.
b) Se supo también que los concejales del nicolacismo, que son 5 de los 16 que tiene el radicalismo, ardían de indignación. Pero claro, con la baja performance electoral de la UCR en capital no pueden apretar la soga al mestrismo. Se muerden los dientes.
c) Se supo además desde el aguadismo que hubieron comentarios en el mismo sentido. En el Concejo son 2 de 16, pero juegan en tándem con el nicolacismo cuando al mestrismo se le va la mano con su estilo.
En fin. Lo que atraviesa todas las broncas correligionarias es un dato particular, concreto: Dequino no es radical, sino elemento exógeno en este gobierno.
Entonces, fueron comentarios del tipo “Dequino ajusta, y después somos nosotros los radicales que pagamos los costos políticos frente a la gente”, los que inundaban los teléfonos de periodistas ayer.