Diego Mestre auguró Ramón 2015 en el Panal (incentivo militante)

Por Alejandro Moreno
amoreno@diarioalfil.com.ar

_MG_6774[dc]“R[/dc]amón Javier Mestre nos va a dar el triunfo en 2015”. La frase que sintetiza la ilusión de los radicales, y que es la zanahoria para la militancia y, también, para la dirigencia, fue pronunciada con distintas palabras por casi todos los oradores del acto de anoche. Pero sobresalió que en el último discurso la diga Diego Mestre, naturalmente la voz más cercana al radical con mayor proyección. Su hermano Ramón, en cambio, siempre juega con la indefinición entre el salto al Panal y la permanencia en el Palacio 6 de Julio.
Diego Mestre, el número tres de la lista de candidatos a diputados nacionales, cerró el acto porque faltó Oscar Aguad, con la agenda completa entre el debate en el CPCE y un programa de TV.
En la Casa Radical casi todo fue mestrismo: banderas, cantos y candidatos. Para los demás dirigentes, aplausos corteses en el mejor de los casos, y pesado silencio en el peor.
Hubo muchas novedades anoche en la Casa Radical: una dirigente de la Séptima que ofició de locutora (con un timbre de voz que remitía inapropiadamente a Eva Perón), tarea reservada por última vez a una mujer en la UCR en los tiempos de Lidia Conti, la marcha radical remixada, y candidatos debutantes en el micrófono mayor.
En su debut, Diego Mestre definió al radicalismo con una serie de adjetivos que se desplazaron demasiado hacia la izquierda: “progresista, socialdemócrata, nacional y popular, y antiimperialista”.
Más prolijo estuvo en la tarea de identificar como “lo mismo” al kirchnerismo y al delasotismo, idea que constituye uno de los ejes del discurso radical.
“El radicalismo ha tenido coherencia y el peronismo ha sido zigzagueante” frente al kirchnerismo, recordó. Y ejemplificó con la elección de diputados nacionales de 2011, cuando Unión por Córdoba retiró su lista y apoyó la del Frente para la Victoria. Esa estrategia del delasotismo, consideró, restó diputados para defender los intereses de Córdoba y, añadió, los de Unión por Córdoba han votado el Presupuesto 2013 y los superpoderes de la presidente Cristina de Kirchner. “Son los mismos, son peronistas”, enfatizó.
El peronismo, sostuvo el candidato, condenó a la sociedad a una “pobreza estructural” y aseguró que la UCR se compromete a trabajar “por los que menos tienen”, como suelen llamar los radicales a los pobres.
Además, alentó a los radicales anticipando que “el kirchnerismo y el peronismo provincial tienen fecha de vencimiento, el 10 de diciembre de 2015”. “Se vienen aires de cambio en la Argentina y en Córdoba”, auguró.
Antes hablaron dos candidatas. Soledad Carrizo pidió buscar “no sólo el voto radical” para poder reducir la distancia que Unión por Córdoba le sacó al radicalismo en las PASO de agosto. Brenda Austin recalcó que el gobierno delasotista gasta más en publicidad que en salud.
Giménez afirmó que “el radicalismo crece como pasto tierno para ponerle un freno al populismo”. “El radicalismo –subrayó- no huye a los debates, como hacen el peronismo o el PRO, porque no tenemos nada que esconder”. Y a tono con el entusiasmo radical, avizoró “un fin de ciclo del peronismo”. “Vuelve la Unión Cívica Radical a gobernar esta provincia”, dijo.
El presidente de la UCR mencionó entre los dirigentes presentes a Mario Negri y se hizo un silencio absoluto en la Casa Radical. Enseguida mencionó a Carlos Becerra y a Antonio Hernández y sí hubo aplausos. Las heridas de viejas internas siguen abiertas.